sábado, 12 de julio de 2008

Capítulo 4

Aun le faltaban un par de horas para levantarse. Eran las seis y media de la mañana. Se quedó tumbada en la cama e intentó volver a dormirse. Lo consiguió.
Volvió a sonar la alarma de su móvil, era hora de levantarse. Lo hacía con una sonrisa. El primer pensamiento que le vino a la cabeza fue el viaje de Anne. Por dónde iría, si habría llegado. Dudó un momento sobre si coger el móvil y enviarle un mensaje. Pensó que igual no era una buena idea porque iba en el coche con sus padres.
A media mañana recibió un mensaje. Era de Anne.
“Hola qué tal llevas la mañana. Nosotros ya hemos llegado a Calatayud. Sólo quería que supieras que ha ido bien el viaje”.
No lo dudó un instante y le respondió:
“Cuando he recibido el mensaje estaba pensando en enviarte uno para ver que tal iba todo. Gracias”
Anne leyó el mensaje y le contestó:
“Por qué me das las gracias?”
Patris sonrió al leerlo y le volvió a contestar:
“Porque cuando recibo un mensaje tuyo me haces sonreír. Bueno ya hablamos esta noche, que pases un buen día y diviértete”.
Anne leyó el mensaje y le envió otro diciéndole que no se cansara mucho trabajando y que ya hablarían por la noche.
Eran las once de la noche, Patris no sabía si llamar a Anne o no. Desde por la mañana no había vuelto a saber nada de ella. Bueno era lógico habían quedado que hablarían por la noche, pero no sabía por qué se extrañaba tanto de eso. Cogió el teléfono, buscó en la agenda y llamó a Anne.
- Hola, cómo estás? No sé si llamo en buen momento o no, pero no podía aguantarme más.
- Estoy bien. Y sí, sí que es buen momento. Iba a hacerte una perdida para que me llamaras porque no me queda mucho saldo y hasta mañana no lo puedo recargar.
- Bueno... cuéntame algo, no sé, qué has hecho hoy.
- Pues no mucho la verdad. Esta mañana he estado ayudando a mi madre a limpiar la casa y esta tarde me la he pasado echada en la cama y pensando.
- Pensando, en qué?
- Jajaja, ya te ha salido la vena periodística, eh!
- Perdona, a veces no lo puedo evitar. Pero bueno, si no quieres no me lo digas.
- Jajaja, no te pongas así, mujer! Claro que te lo voy a decir. He estado pensando en lo que está sucediendo. Es una sensación extraña, pero me gusta.
- Una sensación extraña, por qué?
- Porque no puedo controlar la situación, se me va de las manos.
- Cómo que se te va de las manos, no entiendo lo que me quieres decir.
- A ver te explico, pienso muchas veces en ti.
- Y eso es bueno o malo, quiero decir, si piensas cosas buenas o malas de mí?
- Jajajaja, cosas buenas, mujer! Me refiero que no puedo dejar de pensar en ti. Que espero que llegue la hora para poder hablar contigo.
- Sabes....
- Qué?
- Bueno, da igual, olvídalo.
- Vaya ya estamos como siempre. Mujer si tienes que decirme algo, dímelo.
- Es que me da vergüenza.
- Vergüenza por qué?
- Porque igual piensas que soy tonta o algo por el estilo.
- Y por qué voy a pensar eso, mujer!
- No sé.
- Bueno me lo vas a decir o me vas a tener intrigada?
- El qué?
- Jajaja, lo que ibas a decir después del sabes...
- Bueno.... Es que... si es una tontería!
- Pues suéltala y ya está. Y después ya te digo si es una tontería o no.
- Bueno es que te he escrito una poesía.
- Una poesía?
- Sí.
- Es la primera vez que alguien me escribe una poesía.
- Nunca antes te habían escrito una?
- No, nunca.
- Bueno, pues me alegra ser la primera.
- Me la lees?
- Qué te la lea? No sé... pero si no te gusta me lo dices, eh!
- Tranquila, te lo diré. Pero seguro que está bien, porque ya me he enterado que escribes muy bien.
- Quién te ha dicho eso?
- Bueno, tú no pediste informes míos antes de darme tu messeger, pues yo también lo he hecho.
- Vaya, vaya, aquí no hay playa eh!
- Y eso qué significa?
- Nada, es una frase que suelo decir de vez en cuando.
- No te hagas la remolona y léeme la poesía.
A Patris le temblaba el pulso, la voz, estaba muy nerviosa. Iba a leerle la poesía y su corazón iba a mil por hora.
- La he titulado "Pour toi” que significa “Por ti”:
“Quién me iba a decir a mí,
que de ti me enamoraría,
quién me iba a decir,
que esto a mí me ocurriría.
Un martes al llamar
a las puertas del corazón
prendada quedé yo
de tu forma de hablar
de escuchar tu voz.
Cada momento contigo vivido
cada instante pasado
hace que mi corazón
siga alterado.
Soñaba que tú
estabas a mi lado
y te despertaba con besos
tiernos, dulces y sobrados.
Perdona mi arrogancia,
perdona mi osadía
pero algún día tú me dirás
yo también te quería.
Imagino estar a tu lado,
rozar con mis dedos tu cuerpo,
descubrir como te estremeces
cuando de mis labios sale
el más tierno y dulce de los besos.
Vivir la vida amándote,
vivir la vida sintiéndote,
ser la luz de tu vida,
ser la llama de tu corazón
la que brille más que el sol.
Sentimientos tiernos,
sentimientos verdaderos,
sentimientos que expresan
lo mucho que te quiero”.
Patri terminó de leer la poesía y se quedó callada. Estaba temblando y roja, muy roja. Menos mal que nadie la podía ver. Anne se había quedado callada también. Se hizo el silencio y Patri pensó que igual había hecho mal en leerle la poesía. Se arrepentía, bueno no, pero tenía una sensación muy extraña. Patris por fin se decidió a hablar.
- Anne, estás ahí?
- Sí, sí que estoy. Perdona que me haya quedado callada, pero es que estaba escuchándote y me ha subido una cosa por el estómago.
Patris no sabía de qué hablar. De repente Anne le dijo:
- Patris, te importaría volvérmela a leer?
- A leértela otra vez por qué?
- Porque me ha gustado mucho y me gustaría volver a escucharla.
- No sé, no sé. Es que estoy nerviosa. Me tiembla la voz, no sé si te has dado cuenta.
- Sí que me he dado cuenta, y me ha encantado. Me ha encantado la poesía, tu forma de leérmela y el sentimiento que ponías cuando me la estabas leyendo.
- Uff, bueno no sé si eso que me dices será cierto o no, pero lo que sí te puedo decir es que la he escrito con el corazón y he intentado reflejar en ella lo que me haces sentir.
- Me la vuelves a leer por favor?
- No sé, no sé. Bueno si me lo pides así, no me puedo resistir.
Se la volvió a leer. Anne tenía los ojos cerrados mientras escuchaba la voz nerviosa de Patris. Le encantaba su timidez pero más que nada la forma con la que era capaz de describir lo que sentía. Algo que ella nunca lograría.
- Sabes, Patris tienes una facilidad para decir las cosas, de escribir...
- No digas tonterías, como todo el mundo.
- No, yo sería incapaz de hacerlo como tú lo haces.
- Seguro que sí que lo podrías hacer, solo es cuestión de proponérselo. Si lo intentas seguro que te sale.
- Patris no sé si te lo he dicho, pero me ha encantado la poesía.
- Gracias.
- Por qué me das las gracias?
- Porque te ha gustado. Para mí significa mucho el hecho de que te haya gustado.
- Pero cómo no me va a gustar, si es preciosa.
- Bueno, tampoco es para tanto. Lo único que es, es una poesía, pero eso sí, escrita con el corazón.
- Me ha encantado la verdad, muchas gracias.
- Y por qué me das las gracias?
- Bueno, es normal que te las dé, eres la primera persona que me escribe una poesía y además muy bonita.
- Sabes...
- Qué?
- Nada, da igual.
- Jajaja, ya estamos como siempre. Venga dímelo.
- Es que me da corte.
- El qué?
- Qué va ser, decírtelo.
- Venga no te hagas de rogar. Suéltalo y ya está.
- Anne no sé qué me está pasando la verdad. Despiertas en mí unos sentimientos que antes no había sentido por nadie. Son difíciles de explicar, no sé si me entiendes.
- Entender sí que entiendo, jajajaja. Y mucho!
- Jajaja, eso ya lo sé, jajaja. Yo también. Pero no me refería a eso.
- Ya lo sé, mujer! Me lo explicas.
- Uff, no sé... sabes... es que...
- No le des más vueltas y dímelo.
- Pues que no sé si te habrás dado cuenta, o si has entendido o no la poesía. Uff. Qué difícil!
- Si vas muy bien mujer!
- Bueno lo que te quiero decir es que creo que me gustas, que no puedo dejar de pensar en ti. Que cada vez que me envías un mensaje sonrío, que cada vez que hablo contigo me acaricias por dentro. Bueno, que no sé cómo explicártelo, que me cuesta mucho. Que estoy colorada y me estoy poniendo muy nerviosa.
- Puedo decirte algo?
- Sí.
- A mí también me pasa lo mismo.
- Sabes....
- Qué?
- Da igual, olvídalo.
- No, venga, dime lo que tengas que decirme.
- Creo que me estoy enamorando de ti.
- Uff, ahora la que resopla soy yo. Te he escuchado decir eso y me he estremecido.
- Anne, sé que es pronto, pero no lo puedo evitar, me nace decírtelo. Te lo diré una vez, y sino quieres volver a escucharlo, sólo tienes que decírmelo. Te quiero.
Anne se quedó en silencio. Patris estaba como un tomate. Pensaba por qué le había dicho eso. Se arrepentía? La verdad es que no era así, era lo que quería decir y lo había dicho.
- Patris...
- Perdona, Anne, lo siento. Bueno ya hablaremos otro día, vale?
- Patris, no seas tonta. Por qué dices eso? Sólo quería decirte que creo que yo también estoy sintiendo algo muy fuerte por ti. Creo que también te quiero. Es la primera vez que me pasa una cosa así y no sé estoy alucinada.
- Anne...
- Dime.
- Te ha molestado, te ha asombrado?
- La verdad?
- Sí, siempre la verdad.
- Me ha encantado.
- Sabes...
- Qué?
- Si estuviera ahí te pediría un beso.
- Qué me pedirías un beso?
- Sí, porque es que me gustaría besarte si estuviera ahí contigo, y antes de hacerlo te pediría permiso.
- Permiso? Para besar no hay que pedir permiso.
- Sí, yo siempre lo hago. Prefiero que me digan que no a que me den una bofetada. Me dolería más una bofetada que un no. No por el hecho en sí del dolor físico, si no por lo que significaría que me rechazaras.
- Patris...
- Qué
- Eres tonta.
- Tonta, por qué dices eso?
- Porque lo eres. Si alguna vez te apetece besarme, hazlo. Si no lo haces y me pides permiso, aunque me muera de ganas por darte el beso no te lo daré.
- Te puedo decir algo?
- Sí.
- Sabes yo tengo miedo a subir en ascensor porque le tengo fobia a los ascensores. Pero si pudiera besarte, si pudiera darte un beso sería capaz de subir en ascensor.
- Bueno, pues ya sabes, algún día subirás en ascensor.
- Anne....
- Qué?
- Le he estado dando vueltas a la cabeza y me gustaría conocerte. En julio tengo vacaciones y si quieres, nos podríamos conocer. Puedo ir a Zaragoza a conocerte.
- En verano no estoy en Zaragoza.
- Vaya, estás en Calatayud?
- No, en Castellón.
- En Castellón?
- Sí, en julio me voy a Castellón. Tenemos un apartamento y veraneamos allí. En agosto mis padres se van a Zaragoza y vienen mis amigas. Solemos ir a Benicàssim, al FIBE.
- Entonces, te parecía bien que fuera un domingo a conocerte?
- Me encantaría. Además creo que lo estoy deseando tanto como tú.
- Gracias!
- Por qué me das las gracias?
- Por dejar que vaya a conocerte.
- Cómo no voy a dejar que vengas a conocerme si es lo que quiero también.
- Y cuando podríamos vernos?
- El 23 de julio te parece bien?
- Si es domingo sí. Uff, voy a empezar la cuenta atrás. Faltan quince días, no me lo puedo creer.
- Jajajaja.
- De qué te ries? He dicho algo gracioso?
- No, no has dicho nada gracioso, pero me gusta cuando suspiras. Habían pasado tres horas hablando por teléfono y llegó el momento de la despedida. Como siempre, a las dos les costaba colgar, pero al final lo hicieron después de contar hasta tres.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ooooh, q bonitooooooo!!!!!!!! y que rápidas jajajaja

Anónimo dijo...

vaya te habia habia escrito un testamento y se me a borrado todo..que bien
te decia..jeje que la poesia es preciosa,y que me recuerda a una etapa de mi vida,preciosa,en la que me daba miedo decir te kiero como a tus protas,por la poca historia que habia entre nsotras..
yo creo que estas cosas pasan por que el destino falla,se tenian k haber conocido antes,pero hubo un error,y cuando se encuentran todo va rapidisimo,como si recuperaran el tiempo perdido..nose..:)
un besito,y quiero y espero seguir leyendo me encanta un besito wapa

M dijo...

Ya tienes otra lectora más, me he enganchado tarde pero así puedo leer más capítulos del tirón.
Son situaciones que aunque no haya vivido en primera persona me resultan familiares. Voy a seguir leyendo que quiero saber como continúa.

Una pequeña corrección, el nombre del festival es FIB sin la E.