martes, 30 de julio de 2013

Habemus Papam!!!

Creí que nunca iba a decir Habemus Papam pero visto lo visto, ese Papa me cae bien. No es que vaya a convertirme e ir a misa los domingos y fiestas de guardar. No, pero Francisco, me cae bien. Creo que si lo dejan -que esa es otra cuestión- puede "modernizar" la iglesia. Las últimas declaraciones realizadas a la prensa "si alguien es gay y tiene voluntad, quién soy yo para juzgarlo". Evidentemente es un pasito adelante, pero aún falta mucho más. Ahora para seguir con la "modernización" hace falta que aconseje a todos los católicos la necesidad de utilizar el condón para evitar contraer el sida u otras enfermedades de transmisión sexual. Y para redondear su poncificado podría decir que está a favor del aborto -aunque la mujer no tenga plena elección, sí que me gustaría al menos que lo defendiera en caso de violaciones o en el que la vida de la mujer corre algún tipo de peligro-.
En fin, que veo que con Francisco han llegado mejoras a la "iglesia". Pero hay tantas cosas por mejorar! Me gusta algunas de sus actuaciones -usar un coche pequeño para desplazarse, entre otras-, y por eso me cae bien. Pero ojo, eso no quiere decir que vaya a ser devota. No, va a ser que no. Pero aplaudo algunas de las cosas que hace este Papa. Por eso creo que de verdad Habemus Papam.

martes, 8 de enero de 2013

Dejándome caer por aquí

Hola, amig@s, qué tal? Sí, sí, sí, la verdad es que hace mucho tiempo que no me pasaba por aquí. La verdad es que he descuidado un poco el blog, pero es que no he tenido mucho tiempo para dedicarme a él.
Bueno, y qué ha sido de mi vida desde entonces? Ha cambiado bastante, diría yo. Y además para bien. Soy feliz y además estoy agradecida, así que no sé que más puedo pedir.
Soy feliz porque tengo lo que quiero y hago lo que quiero. Estoy rodeada de personas que me quieren y me aprecian. Y una de ellas es muy especial y la que me "chuta" felicidad. Y hasta aquí puedo leer!!!! (jajajaja).
Después hay personas que han desaparecido de mi vida, y otras con la que mantengo lo justo, aunque es como si tampoco estuvieran en ella. Sólo están lo justo y lo justo es porque tenemos que hacer bolos, porque si no, nada de nada. Aiss, si hubiera hecho caso a esas personas que siempre me dijeron que era una amiga de conveniencia (ya sabéis esa que sólo llama cuando quiere algo de ti). Pero lo más importante es que me he dado cuenta que no la echo de menos.
El teatro me va fenomenal. Hace una semana he empezado a ensayar una nueva obra de teatro con otra compañía, y aunque eso supone un esfuerzo extra, me gusta. Sobre todo que hayan valorado mi trabajo y por eso esta compañía ha venido a buscarme. Y estoy contenta porque además voy a trabajar con dos grandes amigos. Y si a todo esto le pones que me saco un dinerito extra, pues mejor que mejor.
El trabajo cotidiano, es decir, en el periódico, pues voy tirando, como todos. La situación es complicada porque las administraciones no tienen ni un duro y no pagan las facturas que adeudan. Así que nos hemos tenido que apretar el cinturón. Ahora me han reducido la jornada laboral y por lo tanto también el jornal. Gano menos al mes, eso sí, pero gano "vida". Sí así es, he ganado vida. Porque ahora puedo estar más tiempo con mis sobrinos, decidarme más tiempo al teatro, y sobre todo dedicarmelo a mi. Y eso en el fondo es salud, felicidad y buen estar.
Eso también me permite hacer alguna escapadita, como la que voy a hacer a Barcelona el último finde de enero.
Uno de los objetivos para este año, es volver a escribir. Hace tiempo que dejé de hacerlo, pero ahora, tengo fuerzas renovadas. Y quiero escribir otra novela. Así que un día de estos me pongo en ello.

lunes, 28 de mayo de 2012

Liberada en tres días!!!!

Sí, así es como me voy a sentir el próximo jueves (31 de mayo!!!), liberada. Por fin podré decirle adiós a ese cargo que tengo desde hace quince años! Por fin voy a dejar de pagar la hipoteca de mi casa! Por fin mi casa será solo mía y nada más que mía!!!!!
Sé que en estos momentos que corren, es un lujo quitarse de encima la hipoteca. Mis amig@s me dicen que soy la primera persona que conocen de nuestra edad, que dejará atrás la hipoteca. Se lamentan y yo lo siento por ell@s que aún les quede más de viente años por delante para pagar. En algunos casos, bastantes más. Y de ell@s fue la idea de hacer una fiesta. Me dijeron que las fiestas son para celebrar acontecimientos especiales y que éste lo es sin duda alguna. Por eso, aprovecharé la celebración de mi cumpleaños, que es dentro de un par de semanas para festejarlo con ell@s.
Nos juntaremos un buen grupo pero no estarán todas las personas que me gustarían que estuviesen. Sobre todo una muy especial y que durante dos años ha formado parte de mi vida. La invité pero me dijo que tiene un compromiso ese día. Así que no asistirá. De todas formas espero, cuando ella quiera, poder celebrarlo juntas. Para mí sería todo un placer, de verdad.

Besets

P.D.: Sé que últimamente entro de uvas a peras pero es que he ido muy liada. Durante los últimos meses hemos estado preparando una obra de teatro que estrenamos hace tres semanas. Así que a ver si antes de que me vuelva a liar con más ensayos para preparar las próximas actuaciones, puedo entrar un poco más.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Cuándo y como decir a tu familia que eres lesbiana

Es complicado tomar la decisión de decir que eres lesbiana o gay. Es complicado decirselo a tus amigos pero creo que mucho más decirselo a tus padres. Cuándo debes hacerlo. Creo que primero hay que tener claro si se quiere decir o no. Yo siempre he tenido claro de cuándo lo iba a decir. Tenía claro que iba a ser una vez tuviera pareja, y que mientras no la tuviera no diría nada. Y así ha sido. Pero una vez con novia la cosa cambiaba. Así que tan sólo tenía que elegir el momento adecuado para soltarlo.
La verdad es que soy una persona impulsiva, aunque cada vez intento reprimir esos impulsos que a veces me llevan a cometer "locuras" de las que a veces me arrepiento y otras no. Pero en esa ocasión, fue ese impulso el que me movió a liberarme. En varias ocasiones le había dicho a mi novia que quería decirselo a mis padres. Ella me dijo que no hacía falta, que no les dijera nada.
Pero llegó ese día y se dio el momento y las circunstáncias eran las ideóneas. Y entonces lo aproveché. Lo recuerdo perfectamente, recuerdo perfectamente que era sábado y 15 de agosto. El ambiente era muy cálido, creo que hacía tiempo que no lo era tanto. Y no me refiero al meteorológico, ese era demasiado caluroso. No, me refiero al que había a la hora de la comida. Porque sí, hablábamos mis padres y yo de forma, muy cálida. No sé, y entonces me rondó una idea por la cabeza. Así que cuando terminamos de comer le dije a mi madre que si subía a la cocina que le quería decir una cosa. Mi madre subió pero se fue al baño. Y en ese momento me entraron los nervios!!!! Madre míaaaa!!! El corazón me explotaba y pensaba, se lo digo no se lo digo, sí, no. Y bueno, cuando salió me preguntó qué querías decirme. Así que me armé de valor y le dije ahora o nunca. Le dije que se sentara y que estuviera tranquila. Entonces me dio por llorar, joer, y también había perdido la voz!!! Así que con el hilillo que me quedaba intenté decirselo. Entre tanto mi madre se estaba asustando. No sé, que les pasa a las madres que se ponen en el peor de los casos. La mía pensó que tenía cáncer o algo por el estilo. y me dijo "me estás asustando". Y le dije, con ese hilillo que me quedaba de voz entre sollozo y sollozo, que era lesbiana. Se quedó paradada, sorprendida porque no se lo imaginaba. Y después me soltó que qué iba a decir la gente. Así que le dije que me daba igual. Que yo seguía siendo la misma, que no cambiaba nada en mi vida porque me gustaran las mujeres en vez de los hombres. Entonces, tomé carrerilla y le dije que tenía novia y que además era casi veinte años menos que yo, y después le dije quien era. Uff, mi madre creo que no se lo podía ni creer. Pero después me abrazo con todas sus fuerzas y me dijo lo mucho que me quería. Lo único que me pidió es que mi padre (que por aquel entonces estaba pachuchito) no lo supiera. Así que és el único de mi familia que no lo sabe. Y después deseé con locura decirselo a mi novia. Y lo hice, me fui a buscarla al trabajo y cuando salió, se lo dije.
Así que os aconsejo, a las que estéis pensando en cómo hacerlo. Que siempre llega el momento justo, la oportunidad, o se dan esas circunstancia que lo hacen posible. En mi caso se dieron. Así que la aproveché.
No sabéis después el gusto que da ir a comer a casa de tus padres y que tu novia pueda ir contigo. Que sean las navidades y que tu novia pueda estar compartiendo mesa y mantel el día de nochebuena con los tuyos. Porque el mismo derecho tenía yo a compartir mi felicidad y mi familia que mis hermanos con mis cuñados.

lunes, 2 de enero de 2012

Capítulo 2

Andrea se despertó sobresaltada. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba sola. Estaba aturdida, no entendía qué había pasado. Poco a poco se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Sí, un sueño del que no le hubiera gustado despertar. Se levantó de la cama y se dirigió al baño para ducharse. Después de vestirse y de arreglar un poco la casa salió de casa.
Andrea no podía dejar de pensar en el sueño que había tenido. Nunca le había pasado nada igual. Parecía tan real. Siguió caminando por las calles de la ciudad. Sabía dónde tenía que ir pero iba sin rumbo.
Miraba los escaparates de las tiendas. De repente se paró delante del de una agencia de viaje. Se fijó en un cartel en el que ofertaban un crucero por el mediterráneo y sintió una extraña sensación. No lo pudo evitar y entró en la agencia. Esperó su turno. Una de las chicas de la agencia le hizo señas para que pasara y se sentara. Andrea así lo hizo. Se saludaron cordialmente. Pidió información sobre el crucero y después salió de la agencia.
Andrea tenía una pequeña empresa de eventos. Miró la agenda. Tenía que organizar una fiesta para una compañía internacional. Empezó los preparativos. Encargó el catering y el show que iba a hacer para la fiesta. Tras pasar toda la mañana trabajando salió a comer. Tenía poco más de una hora para hacerlo. Así que decidió ir a un bar que había cerca de su oficina para volver pronto.
Llegó a casa. Estaba muy cansada. Miró en su bolso y sacó el folleto del crucero. Cerró un momento los ojos y a su memoria volvió el sueño. Abrió los ojos y se quedó pensando. Después decidió que sí que iba hacer ese crucero. Era un viaje que siempre le había atraído. Así que se dijo para si misma que al día siguiente iría a la agencia para hacer la reserva. Andrea se preparó la cena y se puso la tele. Vio una película y después se acostó. Se quedó dormida.
Sonia seguía desnudando a Andrea. Tras despojarle de la camisa de seda empezó a desabrocharle los pantalones mientras la besaba. Las manos de Andrea acariciaban el cuerpo de Sonia mientras seguían besándose. Acabaron haciendo el amor.
Andrea se despertó excitada. Otra vez había soñado con la chica del crucero. Estaba desorientada. No sabía qué le estaba pasando pero le había gustado el sueño. Tras vestirse y salir de casa se dirigió directamente a la agencia de viaje.
Maite, la chica de la agencia de viajes, la volvió a atender. Le explicó todos los detalles del crucero y de las excursiones que podía realizar durante las diferentes ciudades en las que el barco iba a atracar.
Andrea llamó a una amiga y quedó con ella para comer.
- Hola Susana, cómo estás. Quedamos para comer?
- Sí claro.
- Vale, nos vemos a las tres en el restaurante.
A las tres Andrea acudió al restaurante donde había quedado con su amiga Susana. Cinco minutos más tarde llegó su amiga. Se saludaron cariñosamente. El camarero se acercó y les dio la carta. Tras ojearla pidieron.
- Cómo te van las cosas -le dijo Susana-.
- Bien como siempre. Y a ti?
- A mí bien, como siempre, ya sabes, en la academia.
- Este fin de semana tengo que organizar una fiesta para una multinacional.
- Vaya para una multinacional. Así que irá mucha gente, no?
- Sí, doscientas personas. La verdad es que estoy nerviosa.
- Nerviosa por la fiesta no me lo creo.
- No por la fiesta no Susana. Es que me está pasando una cosa muy rara.
- Qué te pasa?
- Llevo dos días teniendo el mismo sueño.
- Tienes pesadillas?
- Qué va! Todo lo contrario. Pero estoy un poco desconcertada.
- Por qué. A ver cuéntame.
- Llevo soñando que hago un crucero y que conozco a una chica y me lío con ella.
- Así que sueños eróticos, eh!
- Sí, la verdad es que sí. Pero....
- Pero qué
- Que no se repite lo mismo.
- Qué quieres decir
- Qué anoche soñé como continuaba el que tuve hace dos días.
- Vaya, así que sueñas por capítulos! Jo qué suerte!!!! Ya me gustaría a mi tener un buen sueño y que la noche siguiente seguirlo!
- Ya. Sabes he pasado por una agencia de viajes y he reservado un crucero.
- Qué has hecho qué
- Pues eso, reservar un crucero. Es que ayer iba paseando y me paré justo delante de un escaparate de una agencia de viaje. Había un cartel que ofertaba un crucero. El mismo del sueño.
- Y corta ni perezosa lo has reservado.
- Sí. Te parece mal
- No, no, qué va. Pero dime una cosa. Esperas encontrar en ese crucero a la chica de tus sueños?
- No sé. La verdad es que no sé por qué he reservado ese crucero. Pero no he podido frenar el impulso de hacerlo.
- Tú como siempre, tan impulsiva.
- Sí. Crees que debería volver a la agencia y anular la reserva?
- A ver, a ti te apetece hacer ese crucero.
- Sí, ya sabes que siempre lo hemos hablado. Sabes que siempre me ha hecho ilusión hacer un crucero por el Mediterráneo.
- Pues entonces no anules la reserva.
- No lo hago?
- No mujer! Si te apetece y sé que te apetece, aunque ahora más por la chica misteriosa, hazlo.
- No te burles de mí.
- Si no me burlo. Igual tus sueños son una señal.
- Una señal?
- Sí, igual tienes suerte y aparece de verdad el amor de tu vida. Y los sueños te dicen que lo hagas.
- No sé yo, la verdad. Pero todo es tan raro.
- Bueno, ya te digo, si te apetece hacer ese viaje, lo haces y ha está. Y lo que tenga que ocurrir pasará. Ya lo sabes.
- Sí, sí que me apetece.
Terminaron de comer y se despidieron. Andrea volvió a la oficina a seguir trabajando con los preparativos de la fiesta del fin de semana.
Esa noche no volvió a tener el mismo sueño. Se despertó un poco desencantada. Le hubiera gustado seguir soñando. Tampoco lo hizo en las sucesivas noches.
El sábado salió un día espléndido. Andrea estaba contenta porque el tiempo acompañaba. Así que lo que tenía pensado realizar en el jardín del hotel en el que iba a celebrarse la cena, lo podía hacer sin ningún temor al mal tiempo.
Poco a poco las personas que estaban invitadas en la fiesta iban llegando. Todo estaba saliendo a pedir de boca. Estaba contenta. El director general de la multinacional la había felicitado.
Salió al jardín a ver si allí todo estaba bien. De repente se dio cuenta. Allí estaba. Era ella, la chica del crucero. Se quedó parada. La observaba. Sí, no había ninguna duda, era ella.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El destino era nuestro

Allí estaba ella, asomada en la cubierta del barco. Miraba el horizonte viendo un atardecer rojizo. Nunca lo había visto así. Era precioso. Tras varios minutos observándolo escuchó un ruido y se giró. Allí estaba ella. Una chica con una sonrisa impresionante, que miraba como unos niños jugaban en el suelo. Se quedó embobada, mirándola. Se dio cuenta y apartó la mirada rápidamente. No sabía si la había visto o no, pero sintió un calor en su cara y que se ponía colorada. Decidió volver a mirar el horizonte. Pero había una fuerza superior que la impulsaba a volver a girarse hacia donde estaba esa chica con esa sonrisa tan especial.
Era la hora de la cena. Y se dirigió a la mesa que tenía asignada. La compartía con una pareja de ancianos, con dos chicos jóvenes y con una pareja de recién casados. Durante la cena hablaron de cosas intrascendentes. Los ancianos explicaban que todos los años hacían un crucero. Los chicos jóvenes iban a la suya, a uno de ellos le había tocado el viaje y como eran muy buenos amigos habían decidido hacerlo juntos. La pareja de recién casados evidentemente estaban de luna de miel. Y ella, qué hacía en ese crucero. Simplemente le apeteció hacerlo esas vacaciones.
Terminó la cena y se acercó al mostrador de información para ver qué podía hacer esa noche. La chica que estaba en él le informó que podía ver un espectáculo de mágia y monólogos. O también podía ir a la discoteca del barco. Pensó que mejor era ir al espectáculo. Le atraía más la idea. Así que se dirigió a la sala donde se hacía. Se sentó en una mesa. No estaba cerca del escenario pero tampoco estaba lejos. Se acercó el camarero y le preguntó qué quería tomar. Pidió una coca cola. Minutos después alguien se acercó a la mesa.
- Hola, me puedo sentar?
Sin mirar respondió que sí.
- Sí.
- Qué tal?
Se quedó parada. No se lo podía creer. Se habia sentado a su lado la chica que había visto en cubierta.
- Muy bien, aquí a ver qué tal está el espetáculo.
- Soy Sonia.
- Y yo Andrea.
El espectáculo empezó y empezaron a verlo. Al terminar el mago, las dos comentaron que les había gustado mucho. Después salió la monologista, y se rieron mucho.
- Qué bien ha estado, verdad? -dijo Sonia-.
- Sí, la verdad es que sí. -contestó Andrea-.
- Bueno, y ahora que vas hacer?
- Pues nos sé, supongo que dar una vuelta por el barco. Y tú?
- Bajaré a la discoteca a bailar un poco. Te vienes?
- Bueno, vale.
Las dos se fueron en busca de la discoteca. La encontraron dos pisos más abajo.
Sonia empezó a bailar y Andrea la miraba. No podía evitarlo. La sonrisa de Sonia la había embrujado. Sonia se giró hacia Andrea y le hizo un gesto con la mano para que se animara a bailar. Empezó a sonar una canción de salsa y las dos bailaron juntas. Cada vez que sus cuerpos se rozaban, Andrea sentía una extraña sensación. Sonia no paraba de sonreír. Durante un par de horas estuvieron en la discoteca bailando. Después se despidieron.
Al día siguiente llegaban a Atenas. Había una excursión programada, pero Andrea no tenía ganas de ir corriendo de un lado para otro para ver los monumentos. Porque tenían tan poco tiempo para verlos, que pensó que no valía la pena, y que se iba a quedar en el barco. Y así lo hizo.
Sonia tampoco hizo la excursión. También se quedó en el barco.
Andrea estaba sentada en cubierta, mirando el paisaje. De repente oyó que alguien se acercaba a ella y la saludada.
- Hola qué tal? No has ido hacer la excursión? -dijo Sonia-.
- No, no tengo ganas de ir a correprisas de una lado para otro sin que me de tiempo a disfrutar de las maravillas de Atenas -dijo Andrea-. Así tengo la excusa de volver a Atenas en otra ocasión.
- La verdad es que sí, es una buena excusa para volver. Es la primera vez que haces un crucero?
-Sí, es la primera vez. Hacía tiempo que quería hacerlo. Y este año por fin lo he podido hacer.
- Para mí también es el primero.
- Y bueno, a qué te dedicas?
- Soy funcionaria, trabajo en un juzgado. Y tú?
- Tengo una pequeña empresa que organiza eventos, bodas, comuniones, cumpleaños.
- Ah muy bien, no? Seguro que tu trabajo es más divertido que el mío.
- Bueno no sé, aunque trabajar en un juzgado tampoco será nada aburrido.
- No te creas, estamos rodeados de montones y montones de papeles.
Estuvieron hablando durante un par de horas. Se hizo la hora de comer y decidieron compartir mesa y mantel.
- Te puedo hacer una pregunta -dijo Sonia-.
- Bueno, si no es muy difícil, sí -respondió Andrea-.
- Y cómo es que has venido sola al crucero?
- Porque me gusta viajar y no me importa viajar sola. Y tú?
- Hace unos meses que he roto con mi ex y teníamos programado este viaje. Lo había pagado ya y no quería perdermelo. Así que aquí estoy.
- Y tú ex?
- Mi ex, se ha quedado en tierra.
- Llevábais mucho tiempo juntos?
- Sí, llevábamos siete años juntas.
Andrea se quedó callada aunque en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa.
- Bueno, ya sabes, lo que no deja hay que dejarlo.
- Sí, la verdad es que sí, pero a veces no sé por qué motivo alargamos las cosas en vez de poner remedito cuando toca.
Terminaron de comer y se marcharon cada una a su camarote. Por la tarde no se vieron. Coincidieron por la noche, cuando iban a entrar en el comedor. Decidieron hablar con el encargado del restaurante y decirles si podían compartir la misma mesa. No tuvieron ningún problema. Se sentaron juntas. En la mesa había sitio para dos personas más, pero nadie se sentó en ella. Eso les permitió hablar y conocerse un poco más.
- Bueno y qué te apetece hacer ahora -dijo Andrea-.
- No sé, te apetece que vayamos a bailar un rato -contestó Sonia-.
- Vale, a bailar se ha dicho.
Entraron en la discoteca y empezaron a bailar. Andrea se sentía muy agusto. Sonia era simpática, una chica encantadora que le hacía sonreír con solo mirarla.
Sonó una canción de salsa y empezaron a baila juntas. Sus cuerpos se rozaban y Andrea sintió un calor en el suyo. Sentía vértigo al rozar el cuerpo de Sonia. Sonia parecía que disfrutaba, y cada vez se arrimaba más.
- Perdona, ahora vuelvo -dijo Andrea-.
- Te pasa algo?
- No, voy al aseo.
- Quieres que te acompañe?
- No, gracias. Ahora vuelvo.
Andrea salió de la discoteca. Su cuerpo temblaba estaba muy nerviosa. Sonia le hacía sentir cosas que antes no había sentido.
- Hola, por fin has vuelto! -dijo Sonia-.
- Sí, necesitaba tomar un poco de aire! -contestó Andrea-.
- Un poco de aire y eso?
- Porque hace mucho calor.
- Sí, la verdad es que sí que hace. Volvemos a la pista a bailar.
- Vale, venga ya estoy recuperada.
Tras un par de canciones sonó una lenta. Las dos se quedaron mirándose y se cogieron para bailarla. Bailaron y poco a poco sus cuerpos se fueron acercándose más y más. Andrea sentía fuego en su interior, su corazón estaba acelerado. Sonia tenía apoyada su cabeza en el hombro de Andrea, con los ojos cerrados. Terminó la canción y se quedaron durante unos segundos cogidas.
Después se soltaron y se sentaron en la mesa.
- Te apetece tomar algo? -dijo Sonia-.
- Sí, por favor, algo fresco -dijo Andrea-.
- Estás muy acalorada no?
- Sí, lo estoy y creo que tú tienes la culpa.
- Yo?
- Sí, tú.
- Te apetece que vayamos a un sitio más tranquilo -dijo Sonia-.
- Y a ti? -respondió Andrea-.
- A mí sí.
- Y dónde vamos?
- A mi camarote o al tuyo -contestó Sonia-.
- Quieres que vayamos a tu camarote?
- O al tuyo, me da igual -contestó Sonia-. Y a ti?
- También.
Salieron de la discoteca y al final se marcharon al camarote de Sonia. Nada más cerrar la puerta, Sonia se acercó a Andrea y la besó. Empezó a acariciarle los pechos y a despojarle de la camisa de seda que llevaba.
(Continuará)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Soy lesbiana pero no estoy enferma!!!!

La verdad es que sigo sin dar crédito a lo que he leído en el periódico El País. En un artículo que ha publicado hoy dice que "El PP lleva un experto al Senado que afirma que ser gay es una enfermedad". Y es para indignarse, y mucho, porque sí soy lesbiana pero no estoy enferma. No, no lo estoy ni nunca lo he estado. Me gustan las mujeres, como me gusta la manzana, la pera, el melón, el plátano, la piña, o cualquier otra fruta. Es cuestión de gustos y de apetencias. Y eso no significa, ni mucho menos, que esté mal de la azoeta.
Y el artículo me ha indigano y mucho porque según el "experto" (no sé en qué la verdad) Aquilino Polaino (director del departamento de Psicología en la Universidad San Pablo-CEU del a Asociación católiga de Propagandística) dice qué ha estudiado 20.000 horas a personas de "conducta homosexual" en función de una "actitud humanitaria". Y que 160 gays y lesbianas han "solicitado" su ayuda como "psicoterapeuta".
Y más indiganada cuando habla de que esta "enfermedad" es por causa de "un padre hostil, violento, alcohólico o distante, una madre sobreprotectora, fría, necesitada de afecto, emocionalmente vaíca para sus hijas lesbianas". Vaya, pues ni mi padre ni mi madre reúnen esos "requisitos".
Y la cosa sigue, que ahí no se acaba el cúmulo de barbaridades que dice. Y tambien señala que "el 30 por cien de homosexuales han sufrido abusos sexuales" claro y por eso se hacen de la otra acera! (jajajaja). Y sigue, y sigue con sus barbaries, porque según continúa el artículo este señor (por llamarle algo) dice que junto con otros factores añadidos hacen que en sus relaciones tengan "mayor promiscuidad, inestabilidad y sentimientos crónicos de no ser masculinos".
Y para rematar la faena va y le dice a un senador de CIU que "si usted piensa que la homosexualidad no es ningún problema, le invitaría a que viera usted cinco horas de terapia que tengo esta tarde".
Y tras leer el artículo y ponerme las manos en la cabeza. Me pregunto cómo puede haber en el siglo que nos encontramos personas, a pesar de nivel cultural, tan CATETAS, y que crean esa sarta de incongruencias e imbecibilidades.
Y también me pregunto, cómo los gays y las lesbianas del PP siguen apoyando a un partido en el cual les tachan de enfermos y que estoy segura, que hará todo lo posible por abolir la ley del matrimonio homosexual. Sigo sin entender cómo pueden ser de un partido que lo primero que les niega es ser personas normal y corrientes. Y que además coarta su derecho a la libertad sexual.