sábado, 12 de julio de 2008

Capítulo 3

Patris tuvo un día ajetreado. En algunos momentos le venía a la mente Anne. No lo podía evitar. Sin querer y sin saber miraba el móvil y sentía impulsos de llamar. Pero no lo hizo. Llegó la hora de volver a casa. Lo primero que hizo fue dejar las llaves sobre la mesa y dirigirse a la habitación pequeña para encender el ordenador. Mientras se ponía en marcha, se fue a su habitación y se puso cómoda. Después se dirigió a la nevera, picó algo, se fue a la habitación y se sentó delante del ordenador. Estaba nerviosa. No sabía si Anne se iba a conectar o no. Pensó que seguramente no lo haría, porque a la mañana siguiente se marchaba de viaje.
Una sonrisa se reflejó en su rostro al comprobar que en el messenger estaba Anne. Se había conectado. Sin dudarlo un instante le hizo un mensaje instantáneo y la saludó.
- Hola Anne, cómo estás? -le dijo-.
- Hola Patris, estoy bien y tú?
- Bien gracias. Pensaba que no te ibas a conectar como mañana te vas a Calatayud.
- Ya... iba a mandarte un sms para decírtelo, porque quería volver a hablar contigo. Vas a entrar en el chat?
- Sí, claro sino las chicas me echarán de menos! Y tú lo vas hacer?
- No, no voy a entrar porque si lo hago me liaré y sólo quiero estar un ratito.
- Bueno si quieres y no te molesta me quedo un ratito hablando contigo y después entro en el chat.
- No digas tonterías mujer! Qué me va a molestar. Además me lo paso bien hablando contigo. Eres ingeniosa y aunque no te lo creas me río.
- Sabes...
- Qué?
- No, nada, era un tontería.
- Jo, venga dime, qué ibas a decirme?
- Mmm, iba a decirte....
- Qué? –le dijo Anne intrigada-.
- Pues... es que no sé cómo decirlo. Me cuesta.
- Suéltalo y ya está mujer!
- Pues... que he pensado varias veces en ti hoy.
- Has pensado en mí?
- Sí... me imagino que te sorprenderá.
- No, no me sorprende porque a mí me ha ocurrido igual. No lograba concentrarme en las clases.
Se mordió la lengua. Le iba a decir que seguramente el que no pudiera concentrarse en las clases no era porque estuviera pensando en ella, sino porque tal y como le había dicho la noche anterior, no le gustaba mucho estudiar. Más bien le gustaba la vida del estudiante. Pero se calló y no lo dijo.
Empezaron hablar y sin darse cuenta ya habían pasado un par de horas.
- Patris tengo que desconectar. Mi madre me dice que ya está bien de estar pegada a la pantalla del ordenador. Que mañana tengo que madrugar y que es hora de que me vaya a la cama.
- Vaya las madres como siempre tan oportunas!
- Jajaja -se rió Anne-. Sí tan oportunas pero tiene razón. Tengo que acostarme.
Quería decirle si le podía llamar para hablar por teléfono, pero no se atrevía. Además no quería ser pesada y seguramente ella no querría. Así que no se lo dijo.
- Bueno Anne, buenas noches, que sueñes con cosas bonitas y que te lo pases muy bien en Calatayud.
- Gracias.
- Buenas noches
- Patris...
- Qué?
- Te molesta si te llamo dentro de un cuarto de hora y hablamos un ratito por teléfono?
- No, no, qué me va a molestar! Sabes.....
- Qué?
- Te lo iba a decir yo, pero he pensado que igual a ti no te parecía bien y por eso no te lo he dicho. Además tampoco quiero que pienses que soy una pesada ni nada por el estilo.
- Qué tonta eres! Si quieres decirme algo sólo tienes que decírmelo y ya está. No es tan difícil mujer!
- Ya pero...
- Bueno dentro de un cuarto de hora te llamo. Mi madre ya empieza a gritar. Y no quiero que los vecinos llamen a la policía, jajajaja.
- Jajajaja. Vale, hasta lueguito.
Anne apagó el ordenador. Patris lo dejó encendido porque después quería entrar en el chat y estar un ratito con sus amigas. El cuarto de hora se hizo eterno. Patris no paraba de mirar el móvil cada dos minutos. Pasaron los quince minutos y el teléfono no sonó. Empezó a ponerse nerviosa. Pensaba que tal vez al final se lo había pensado mejor y que no la iba a llamar. Así que decidió volver al ordenador. Anne no estaba en el messenger, estaba desconectada. Así que entró en el chat y como siempre tras comprobar quien estaba en él, saludó a todo el mundo. Al cabo de media hora sonó su móvil. Corrió hacía él tan deprisa que casi se cae al tropezar con la pata de la silla. Miró quien era y era ella. Era la segunda vez que se le volvía a iluminar el rostro y la sonrisa aparecía de nuevo en él. Lo descolgó.
- Hola -dijo-.
- Hola, perdona que haya tardado tanto pero mi madre me estaba dando la vara. Además me ha dicho que tenía que prepararme las cosas para el viaje y que lo hiciera antes de acostarme.
- Sabes....
- Qué?
- Pensaba que no me ibas a llamar...
- No digas tonterías, si no quisiera hablar contigo no te lo hubiera dicho. Pero es que ya sabes cómo son las madres!!!
- Sí, lo sé. Sabes...
- Qué?
- Me gusta volver a escuchar tu voz.
- Y a mí también.
- Sabes... no sé qué está pasando, pero...
- Pero qué?
- No, nada.
- Ya estamos! Mujer cuando quieras decirme algo me lo dices y ya está.
- Lo sé, pero me cuesta a veces y la verdad es que no sé por qué.
- Bueno dime, qué querías decirme?
- Pues... que si quieres y no te parece mal, si te puedo llamar estos días que no te vas a conectar. Para saber cómo te lo estás pasando.
- Sí claro, claro. Me gustaría que me llamaras.
- Sabes...
- Jajaja, otra vez lo has vuelto hacer. Dices sabes y te quedas callada.
- Ya, es que a veces me cuesta decirte lo que pienso o lo que quiero decirte.
- Bueno y qué querías decirme?
- Que no sé que me está pasando, pero no puedo dejar de pensar en ti.
- Yo tampoco sé qué esta pasando pero a mí me pasa lo mismo. Sabes...
- Jajaja, ahora eres tú la que te has quedado callada -le dijo Patris-. Imagino que me vas a decir que nos tenemos que despedir que es tarde.
- No, no era eso. Quería decirte que me gusta mucho hablar contigo.
- A mí también.
Siguieron hablando cinco minutos más y después Anne le dijo:
- Bueno tengo que colgar ya es tarde.
- Sí ya es tarde. Buena noches, que tengas dulces sueños y ya te llamaré mañana.
- Buenas noches. Vale llama cuando quieras.
- No te importa verdad?
- No seas tonta, qué me va importar?
- Buenas noches.
Colgaron. Patris se fue a la habitación pequeña. Se despidió de las chicas del chat y salió. Apagó el ordenador. Se acostó. Cogió el móvil y escribió un mensaje.
“No me he atrevido a decírtelo pero me encantas. Perdona si te molesta que te lo diga. Pero es lo que siento”.
Le dio a la tecla de enviar y cerró los ojos. Pensó que no debería haberle enviado ese mensaje. Qué iba a pensar? Al cabo de un minuto recibió la contestación.
“A mí también. Me gusta como eres y sobre todo tu timidez”.
No lo pudo evitar y volvió a coger el móvil. Estaba escribiendo otro mensaje, pero lo borró. Sin poder evitarlo buscó en la agenda el número de Anne y la llamó.
- Hola, perdona que vuelva a llamarte. Te molesta?
- No mujer! Tranquila.
- Sólo quería darte las gracias.
- Darme las gracias por qué?
- Por nada, por nada. Buenas noches, que tengas dulces sueños.
- Buenas noches y hasta mañana.
Patris colgó y puso la alarma del móvil. Dejó el teléfono en la mesilla de noche y cerró los ojos. Estaba contenta. Se durmió enseguida.
Sonó el móvil. Pensaba que era la alarma. Lo cogió. No, no era la alarma. Había recibido un mensaje. Lo abrió y era de Anne.
“Buenos días. Sé que es temprano y que estarás durmiendo. Sólo quería decirte que salgo ahora para Calatayud”.
Se frotó los ojos para asegurarse que estaba despierta y que no era un sueño. Volvió a leerlo. Después le contestó.
“Buenos días. Sí estaba dormida pero me ha encantado que me despertara tu mensaje en vez de la alarma del móvil. Que tengas un buen viaje”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

interesante :P te sigo leyendo...me gusta como lo cuentas

Anónimo dijo...

aiii q ricas...eres super dulce escribiendo