martes, 29 de marzo de 2011

Que tinguem sort! (Que tengamos suerte!)

Es el título de una obra de teatro que fui a ver el sábado. Y es genial. Carles Alberola, el autor y uno de los actores, además de hacerte reír y de pasar un gran rato, te hace pensar. Me reí mucho y también me emocioné. Y durante ese tiempo, dejé de darle vueltas a la cabeza. "No sabem el que tenim fins que ho perdem. Però si no tenim res, com podem perdre-ho? I el que és pitjor, com podem saber que hem perdut el que no tenim? Massa suvint veiem passar la nostra vida sense atrevir-mos a acceptar i a ser protagonistes del que ens ha tocat viure. Estem com adormits. Només quan veiem la nostra data de caducitat escrita, reaccionem i entenem de què anava tot açò. Com deia el mestre Gil de Biedma: 'que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender má tarde'. Normalment, massa tard". "No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Pero si no tenemos nada, como podemos perderlo? Y lo que es peor, como podemos saber que hemos perdido lo que no tenemos? Demasiado seguido vemos pasar nuestra vida sin atrevernos a aceptar y a ser protagonista de lo que nos ha tocado vivir. Estamos como dormidos. Sólo cuando vemos nuestra fecha de caducidad escrita, reaccionamos y entendemos de qué iba esto. Como decía el maestro Gil de Biedma... Normalmente, demasiado tarde.

viernes, 11 de marzo de 2011

Perder lo que más quería

A veces no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Me pregunto muchas veces por qué no puse remedio antes. La verdad es que no tuve el suficiente valor para hacerlo. Y ahora que lo he tenido me ha costado perder lo que más quería. Son golpes que te da la vida y que te enseñan. Te enseñan a no volver a caer y a no volver a cometer esos mismos errores. He aprendido la lección y sé que aunque la enseñanza ha sido dolorosa, seguiré adelante. No hay más remedio. Hay que seguir caminando. Porque cuando te caes, tienes que levantarte. Hacía tiempo que estaba por los suelos pero no era consciente de ello.
Abrí los ojos al perderte, y ahora que los tengo abiertos te prometo que no volveré a caer.
Las segundas oportunidades existen, eso dicen. Sé que es difícil que la vuelva a tener, pero pase lo que pase -sólo el tiempo lo dirá-, seguiré adelante. Asumiendo mi responsabilidad. Porque la he tenido, y mucha.
Lo único que puedo hacer es darte las gracias por todo. Gracias por estar ahí, gracias por ayudarme. Y sobre todo gracias por haber permitido formar parte de tu vida y dejarme formar parte de la tuya.
Te quiero. Y eso es lo que siento.