sábado, 30 de agosto de 2008

Capítulo 23

Pasaron las semanas y Anne seguía sin tener noticias de Patris. Ni siquiera la veía conectada en el messenger ni tampoco entraba en el chat. Anne decidió preguntarle a Besi, sabía que Patris le habría contado lo que pasó. Eran buenas amigas. Así que se decidió y la llamó.
- Diga?
- Hola, Besi, soy Anne, qué tal?
- Muy bien, y tú?
- Mal, la verdad. Te puedo preguntar algo?
- Sí, claro.
- Sabes algo de Patris?
- Sí.
- Y cómo está?
- Pues qué quieres que te diga, Anne?
- Por tu respuesta sé que te lo ha contado todo.
- Sí, me lo ha contado todo. Anne cómo pudiste hacerlo, sabías lo que te quiere, lo que te quería.
- Sí, lo sé. Perdí la razón. No pude frenar el impulso.
- Ya.
- Por favor, Besi. Necesito hablar con ella. Lo necesito la verdad. Hablarás con ella y se lo dirás.
- Sí, lo haré, pero no te prometo nada.
- Gracias, Besi.
- De nada.
- Besi, por favor.
- Dime.
- Si Patris te dice que no, te podré llamar para saber por ella.
- No sé... bueno, sí, te diré cómo está, pero si ella me pide que no te diga nada espero que lo entiendas.
- Sí. Gracias.
Se despidieron. Anne sabía que Besi hablaría con Patris y la intentaría convencer para que hablasen. Aunque sabía que iba a resultar difícil.
Besi llamó a Patris. Le tenía que decir que Anne la había llamado y lo que le había dicho.
- Hola.
- Hola, qué tal estás Patri?
- Mal, Besi, mal. No puedo dejar de pensar. Apenas duermo, no como y me paso casi todo el día llorando.
- Patris... Anne me ha llamado.
- Te ha llamado?
- Sí, lo ha hecho. Me ha preguntado por ti.
- Y qué le has dicho?
- La verdad, Patris. Que no estás pasándolo bien.
- Ya.
- Patris, me ha pedido que te convenza para que la llames. Quiere hablar contigo.
- Ya.
- Llámala, habla con ella.
- No puedo, Besi. Quiero pero no tengo fuerzas para hablar con ella.
- Hazlo, habla con ella. Está muy arrepentida y lo sabes.
- Sí, no paraba de decirme que lo sentía. Pero cómo pudo hacerlo, por qué?
- Llámala.
- No... no lo sé.
- Piénsalo y después haz lo que te pida el corazón.
- El corazón me dice que la llame pero la razón no. Es una contradicción, no?
- Sí, lo es. Bueno, ya me dirás qué vas hacer.
- Besi...
- Sí, dime.
- Y ella... cómo está?
- Mal, Patris. Cuando hablaba conmigo estaba llorando. Me ha dicho que por favor te convenciera. La escuchaba y se me partía el corazón.
- Ya.
Se despidieron. Patris se quedó pensativa. No sabía qué hacer. Estuvo durante un par de horas pensando si la llamaba o no. Al final tomó la decisión. Cogió el teléfono y la llamó.
- Hola.
- Hola. Cómo estás?
- Bien... por decir algo.
- Patris, gracias por llamar. Estaba desesperada. Necesitaba escucharte...
- Ya. Y tú qué tal?
- Yo destrozada. Patris lo siento... te quiero.
- Lo sé. Y yo.
- Patris... sabes la lección que he aprendido es enorme. Ahora que te he perdido, ahora que no te tengo me he dado cuenta de lo mucho que te quiero.
- Ya ves las paradojas de la vida, eh! No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes!
- Sí. Patris... por favor...
- Anne... no me lo pongas más difícil.
- No tengo ninguna posibilidad de volver a empezar de nuevo contigo?
- De momento no. Necesito tiempo. Anne sigo dándole vueltas a la cabeza. Cierro los ojos y te veo bailando con ella, besándola. No me lo puedo quitar de la cabeza.
- Cielo, lo siento. Te quiero. Sé que actué mal y lo siento.
- Ya.
Estuvieron hablando diez minutos más. Al final se despidieron. Anne sabía que lo iba a tener muy complicado para que Patris volviera a estar con ella otra vez.
Patris colgó el teléfono. Volver a escuchar la voz de Anne le había acariciado otra vez por dentro. Sabía que la quería. Pero estaba herida. Tenía un mar de dudas. La llamada le había sumergido aún más en ellas. No sabía qué hacer. Decidió coger el teléfono y llamar a Besi.
- Hola, qué tal?
- Bien. Has hablado con ella, la has llamado?
- Sí, lo he hecho.
- Y?
- Besi estoy hecha un lío. Ha sido escuchar su voz y he sentido ese cosquilleo de siempre. La quiero con locura. La puedo perdonar pero no puedo olvidar lo que pasó.
- Patris por qué no le das una oportunidad.
- No sé que hacer, la verdad.
- Bueno yo te puedo aconsejar qué haría yo si estuviera en tu situación.
- Y qué harías?
- Le daría otra oportunidad. Volvería a empezar de cero. Como si nada hubiera pasado.
- Ya.
- Qué pierdes con intentarlo?
- No sé.
- Escucha a veces vale la pena intentarlo. Vale la pena hacerlo que quedarte con la duda de qué hubiera pasado por no hacerlo.
- Ya. No sé...
- Bueno ya te he dicho que es lo que yo haría si me hubiera pasado a mí, pero tú no eres yo. Y la decisión final la tienes que tomar tu.
- Gracias.
- No tienes por qué darme las gracias, Patris.
- Sí, te las doy por estar ahí, por aconsejarme, por ser mi amiga.
- Vale, las acepto.
- Bueno, ya hablamos, vale? Besitos.
- Vale. Adiós Patris. Y ya me contarás.
- Sí, ya te diré.
Patris tras hablar con Besi no sabía qué iba a hacer. Por un lado quería intentarlo. Darle una nueva oportunidad a Anne. Por otra parte, estaba tan dolida que no sabía si hacerlo o no. Volvió a coger de nuevo el teléfono.
- Hola!
- Hola, Sandra.
- Patris qué sorpresa!
- Ya, no esperabas mi llamada.
- La verdad es que no. Qué tal estás?
- Mal, no puedo dejar de pensar en Anne. No puedo dejar de pensar en lo que hizo.
- Me imagino. Ella también está mal, Patris. No quiere salir de casa. De hecho desde entonces no ha vuelto a salir más. Cuando está en casa no sale de la habitación. Si no fuéramos nosotras a su casa no la veríamos.
- Vaya, veo que lo está pasando mal.
- Sí, supongo que tan mal como lo estás pasando tú.
- Ya.
- Bueno, sólo sé que está muy arrepentida y que te quiere con locura.
- Te puedo pedir un favor?
- Sí, claro.
- He pensado en ir a Zaragoza. Y espero que me ayudes. Pero no quiero que le digas que voy. Quiero que la obligues a salir de casa y que me digas dónde vais a estar para presentarme.
- Le vas a dar una sorpresa.
- Sí quieres llamarla así. A ver te explico. Quiero volver a verla pero no quiero que ella sepa que voy. Que estaré donde vosotras. Necesito saber qué me hace sentir antes de hablar con ella. Verla, mirarla, contemplarla.
- Te entiendo pero hablarás con ella, no?
- No lo sé. Haré lo que me dicte el corazón. Me ayudarás?
- Sí, sabes que lo haré. Me dejas que te diga una cosa?
- Claro.
- Creo que merecéis una oportunidad. Tú la quieres con locura y ella a ti también. Nunca había visto así a Anne y la conozco de toda la vida. Cometió un error, muy gordo, no hay excusa, pero está muy arrepentida. Lo siente muchísimo. Sé que le gustaría volver atrás para borrar lo que pasó esa nochevieja.
- Ya, pero no puede volver atrás.
- Lo sé, pero sí podéis intentarlo de nuevo. Os queréis y merecéis daros una oportunidad.
- Ya.
- Y cuando vas a venir.
- Este fin de semana. Llegaré el viernes.
- Vale, no te preocupes, hablaré con ella y la convenceré para salir.
- Gracias. Ya te llamo yo cuando llegue a Zaragoza para ver dónde estáis.
- Muy bien. Nos vemos el viernes.
- Adiós.
- Adiós.

martes, 26 de agosto de 2008

Abrir los ojos y darte cuenta

El viernes me di cuenta de que estaba totalmente equivocada, confundida. Tal vez no sabía distinguir bien los golpetazos de mi corazón, pero lo cierto es que por fin empiezo a entender qué significan. A ver si me explico.
El viernes inesperadamente apareció "mi amor", hacía quince días que no la veía porque estaba en Madrid cuidando a su abu. Y cuando la vi el corazón no me dio un vuelco, ni empezó a latir con más rapidez de lo habitual. No, eso ya no pasó. Ni tampoco me acarició por dentro (la caricia por dentro es lo que la gente llama al cosquilleo que se siente en el estómago) cuando mis manos y las suyas se rozaron, como lo había hecho otras veces. Y no lo entendí. La verdad, porque sí que me puse contenta al verla, pero no sentí o creí sentir lo que hasta hace poco me hacía sentir.
Mi sorpresa llegó media hora después cuando inesperadamente también apareció mi fisio. Entonces sí que me puse nerviosa, mi corazón latía a mil por hora. Cuando sus manos rozaron las mías, sí que sentí esa acaricia que me llegó hasta el corazón. Así que ahora ya lo tengo claro. Estaba confundida. He abierto los ojos y por fin me he dado cuenta!

P.D.: Tanais sabes que siempre me ha gustado, pero ahora sé lo que realmente siento por ella. Y creo que ella también siente algo por mí porque me ha dicho muchas veces que me deje llevar y no le de vueltas a la cabeza, pero ya sabes como soy! Aunque lo tengo decidido, la próxima vez me dejaré llevar, y sé que si lo hago acabaremos juntas.

jueves, 21 de agosto de 2008

Vaya mierda!

Primero os voy a perdir perdón por el título de mi nuevo comentario, pero es que es la pura verdad. Vaya mierda! Y por qué lo digo? Pues es muy fácil. Ya sé que pensareís en la tragedia de Baraja, el accidente aéreo que le ha costado la vida a 153 personas. Sí, eso también es una mierda. Pero no, no me refería a eso. Me refería a la noticia que me ha dado mi madre hoy. Me ha dicho que una amiga, que tiene 32 años, está muy grave en coma. Todo pinta muy mal, tan mal que lo más seguro es que no lo saque. Pero bueno, aunque no creo en los milagros, aunque sí pienso que mientras hay vida hay esperanza. Y por eso confío, como ya lo ha hecho en otro par de ocasiones que lo vuelva a sacar. Es fuerte, luchadora y tiene toda la vida por delante. No sería justo que se fuera ahora, pero bueno, tampoco lo es para esas personas que se murieron en el accidente aéreo, ni las que murieron en el accidente del autobús. En fin, que como veréis, que a veces pienso que vaya mierda! Por qué tienen que pasar esas cosas?

martes, 19 de agosto de 2008

Vaya, vaya!!! Y la iglesia qué dice?

Vaya, vaya de lo que se entera una! Leyendo una noticia va y me aparece otra que me hace reflexionar y preguntarme, y la iglesia qué dice? Ayyy, perdón, que no sabéis a qué me refiero. Ahora os lo aclaro en un santiamén!
La iglesia y todo lo que ella conlleva, el Papa, los cardenales, los curas, etc. etc., se lo tenían calladito o por lo menos nunca les he oído hablar de ello. Resulta que hay una historia bíblica entre Ruth y Noemí -que no tengo ni puta idea de quienes son-. Según el pasaje 1:16-17, no sé si se dice así, o se dice versículo, es que yo de eso no entiendo la verdad, de lo otro sí! (jajaja). Bueno, a lo que iba, pues en ese pasaje dice:
"No insistas más en que me separe de ti. Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, yo moriré y allí me enterrarán. Juro hoy solemnemente ante Dios que sólo la muerte nos ha de separar". Eso es lo que le dice Ruth a Noemí. Toda una declaración de amor y principios! Genial!
Ahora me gustaría saber qué me dirá algún cura o religioso cuando le pregunte que me explique por qué si en la biblia sí que se habla del amor entre dos mujeres de la forma más natural, porque ellos dicen que es "pecado mortal".
Si es lo que yo digo, que la biblia es un libro que está muy bien, que se deja leer. Lo que no está bien es que la iglesia quiera que todos lo interpretemos a su santa gana. Va a ser que no, que lo que rezáis no es cierto y que tal vez si la gente abriera los ojos, no abría tanta homofobia a los homosexuales, porque como según siempre me han dicho Jesús dijo "amaros los unos a los otros" pero no dijo que tenían que ser entre gente del sexo contrario. Es decir, declaró el AMOR LIBRE.
Vaya, vayaaa, a ver qué me dice la "gente" de la iglesia cuando le pregunte por Ruth y Noelia!

lunes, 18 de agosto de 2008

Capítulo 22

Se despidieron con un beso. Fue un beso muy tierno. Patris cogió el coche y puso rumbo a casa. Todo el camino se lo pasó llorando, dándole vueltas a la cabeza y pensando cómo Anne había sido capaz de ponerle los cuernos. Y cómo había sucumbido cuando empezó a besarla. No debería haberlo hecho. Pero se le nublaron las ideas, la razón y se dejó llevar. No tenia que haber permitido que pasara. Ella no era así. No, no lo era. No estaba contenta.
Anne cuando llegó a casa después de felicitar a sus padres se metió en la habitación. Empezó a pensar. Se arrepentía de todo lo que había hecho. De haberle puesto los cuernos a Patris, de haberse enrollado con Bea. Se preguntaba qué iba a pasar a partir de ahora. Patris había sido muy clara, a partir de ahora, no iban hablar más. Anne no se lo podía creer que después de amarse otra vez, le hubiera dicho eso. Sabía que Patris era muy cabezota y cuando se metía una cosa en la cabeza, no daba su brazo a torcer. Aunque esperaba poder hablar con ella esa misma noche, cuando Patris llegara a casa.
Patris llegó a casa. Dejó la bolsa en el suelo de su habitación y se echó en la cama. Cogió el móvil para llamarla, seleccionó su teléfono pero cuando iba a apretar el botón verde decidió no llamar. Tiró el móvil en la cama y cerró los ojos. Qué tenía que hacer? No podía conciliar el sueño. En su mente aparecía una y otra vez la imagen de Anne besándose con Bea. Y cada vez que le venía esa imagen a la cabeza sentía un pinchazo en el corazón. Un par de horas más tarde logró conciliar el sueño.
Anne seguía despierta. Cada medio minuto miraba el móvil. No la llamaba. Estaba tentada a llamar ella pero no se atrevía. Patris había sido muy clara. Pero no lo pudo resistir. Cogió el móvil y la llamó. Le daba tono pero nadie descolgaba el teléfono. Anne escuchó diez tonos y se decidió a colgar. Estaba claro que Patris no quería hablar con ella.
Patris se despertó al oír el móvil. Lo cogió. Miró quien era pero no descolgó. El móvil seguía sonando pero ella no lo descolgaba. Lo miraba fijamente. Sintió el impulso de descolgarlo, pero lo pensó dos veces y decidió no hacerlo. No, tenía que ser fuerte. Tenía que resistirse.
Anne lo volvió a intentar pero de nuevo no obtuvo respuesta. Así que lo apagó e intentó quedarse dormida. No podía y no dejaba de dar vueltas a la cama. Al final rendida por el sueño se durmió.
Amaneció lloviendo. Patris se despertó y miró el móvil para ver qué hora era. Vio que tenía otra llamada perdida de Anne. Se levantó de la cama. Se fue al baño y se duchó. Se fue a la cocina, se preparó una taza de cola-cao y unas tostadas para desayunar. Pero no podía, tenía hambre pero ni el cola-cao ni las tostadas le pasaban. Sin darse cuenta las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Estaba pensando en Anne. Anne... su amor... la chica que le había robado el corazón se lo acababa de destrozar.
Anne se despertó. Eran las once. Cogió el móvil y llamó a Patris. Siguió sin obtener respuesta. Se decidió a escribirle un sms. No sabía qué ponerle. Al final se decidió:
“Hola, por favor, necesito hablar contigo. Saber que estás bien. Sólo contéstame para saber que lo estás. Lo siento, lo siento de verdad. Te quiero”.
Patris escuchó el sonido del móvil, sabía que había recibido un sms. Se fue a la habitación y cogió el teléfono. Lo leyó pero no lo contestó.
Anne a los diez minutos de no obtener respuesta, le volvió a enviar otro sms:
“Cielo, por favor, contéstame, aunque sea hazme una perdida para que sepa que estás bien. Necesito saber que estás bien. Por favor”.
Patris recibió el sms y lo leyó. No sabía que hacer. Quería contestarlo, su corazón se lo dictaba, pero la razón le decía que no. Que tenía que cumplir lo que había decidido y no era otra cosa que estar una temporada sin hablar con Anne.
Anne estaba nerviosa, inquieta. Patris seguía sin contestarle. Decidió llamarla a casa. Igual así sí que le cogía el teléfono. Y la llamó. Patris descolgó el fijo.
- Sí, diga?
- Patris... soy Anne.
- Dime –le contestó seca-.
- Sólo quería saber si estabas bien. Después de que te marcharas de Zaragoza no he sabido nada de ti. Si habías llegado bien a casa. Anoche te llamé varias veces y no me respondiste.
- Anne, ya te dije que no iba hablar más contigo. Que necesito tiempo para pensar, para pensar en todo lo que ha sucedido.
- Patris por favor...
- Anne, ya te dije que no íbamos a hablar. Ahora voy a colgar.
- Patris por favor... no me ignores.
- Anne, adiós.
- Patris, Patris... no cuelgues por favor.
- Anne, adiós.
Después de decirle adiós, colgó. Anne estaba deshecha. Quería pedirle perdón que todo había sido una equivocación y que lo sentía. Que le diera otra oportunidad. Pero Anne no sabía que Patris no estaba dispuesta a hacerlo. Quería olvidarla. Quería que el dolor que sentía en su corazón desapareciera de un plumazo. Sabía que iba a ser complicado conseguirlo, pero lo tenía que hacer.

Ya me gustaría a mí!!!!!

Ya me gustaría a mí, y supongo que a todas, estar triste por cobrar tan sólo 2 millones de euros! Joer vaya tela, es sorprendente de lo que se quejan estos futbolistas. Deberían estar un mes trabajando simplemente como lo hacemos la mayoría de los mortales. Tal vez así se darían cuenta de lo que cuesta un peine. Vamos, que es de risa que se quejen de lo tristes que estan porque tan "sólo" cobran 2 millones de euros por temporada!!! y encima netos! Joer, yo eso no lo cobraré ni trabajando el resto de mi vida, las 24 horas del día!!!!
Y en ese mes que estuvieran trabajando en un trabajo como el tuyo o el mio, o el del vecino o vecina, o del dependiente, el gasolinero, el obrero, o el tendero, digo que durante ese mes cobrara el mísero sueldo que pagan. Y que conste que yo no me quejo mucho porque aunque creo que merezco cobrar un poco más por el trabajo que hago, porque curro todos los días, cobro bien. Pero aun así como a la mayoría de los trabajadores a veces el sueldo no me da para estirarlo más, aunque sé por amig@s que ellos hacen verdaderas virguerías para poder llegar a final de més. Ayyyy, que qué se quejan estos niños mimados del balón? No tienen ningún derecho!!! Y encima, será por lo que trabajan. Y que conste que sé de lo que hablo. Porque claro, entranan por la mañana y por la tarde -dos o tres días a la semana, si llegan- y claro, eso es igual que levantarse a las 6 de la mañana para a las siete estar en una obra para poner ladrillos o cargar sacos de cemento a pleno sol, por ejemplo, porque podría poner centenares de ejemplos, de administrativos, profesores, barrenderos, basureros, jardineros, picapedreros, etc.
Así que querido Robinho que estés triste me trae sin cuidado. Igual que estén triste ese club de los "millonarios" que lo único que saben es "rascarse las pelotas" sin sudar la camiseta. Y quejarse de lo mal que viven!!! Joer, yo les cambio un mes de mi jornal por uno del suyo!!! A que no aceptan?
Ah y tampoco entiendo por qué se les revisa los contratos y se les aumenta la ficha, si hacen su "trabajo" como dios manda. A mí no me pasa! Joer, y mira que yo cumplo con mi curro, como supongo que lo hacemos la mayoría. Pero estoy segura de que no nos plantamos delante de nuestro jefe y le dicimos: "mira este año he cumplido a la perfección, quiero que me subas el jornal y no según el IPC, sino quiero cobrar 1.000 ó 3.000 euros más". Porque si lo hiciéramos nos mandaría a la mierda!
Y claro, ellos sí que quieren una mejora de ficha!!! Pero si juegan mal, piden una rebaja de ficha por no rendir como se esperaba de ellos? Va a ser que no!!!

En fin, que ya me gustaría a mí estar triste como Robinho, sí, sí, sí, tan triste como él !!!!!

Capítulo 21

Patris se derrumbó en la cama. Anne se acercó a ella y empezó a acariciarle la mejilla. A secarle las lágrimas que brotaban de sus ojos. Patris la miraba. No había odio en su mirada, la quería demasiado. Anne besó a Patris, pero ella no le devolvió el beso. La volvió a besar una y otra vez. Patris iba sucumbiendo a los besos, no quería pero no podía resistirse. Anne la volvió a besar y Patris ya no pudo aguantar más y la besó.
- Lo siento. No debía haberlo hecho.
- No, no debías haberlo hecho.
- Patris, Patris...
- Anne tienes que marcharte.
- Déjame que me quede contigo.
- Para qué?
- Para demostrarte que te quiero.
- Qué quieres Anne?
- Me gustaría hacer el amor contigo.
- Y a mí, pero no puedo. Sólo de pensar que otra te ha tenido entre sus brazos...
- Por favor, Patris.
- Lo siento Anne, pero no.
- Por favor, déjame que me quede por lo menos contigo. Acostada a tu lado.
Patris rompió a llorar. Al final se quedó dormida. Anne también. Eran las dos y Patris se despertó. Despertó a Anne y le dijo que tenía que volver a casa. Anne le dijo que tenían que hablar.
- Patris tenemos que hablar.
- No, Anne, no quiero hablar.
- Patris... lo tenemos que hacer.
- No, no quiero.
- Por favor...
- Anne, es tarde. Tienes que ir a casa. Tus padres estarán preocupados.
- Pensarán que estoy con mis amigas. Me dejas el móvil y les llamo para decirles que no voy a comer.
- Ahí lo tienes.
Anne llamó a sus padres. Les dijo que se quedaba a comer con sus amigas. Y que no volvería a casa hasta mañana. Patris la estaba escuchando. Eso significaba que se iba a quedar con ella el resto del día y también iba a pasar la noche con ella. Y así fue. Apenas hablaron del tema. Patris no quería hablar de eso.
Amaneció y Patris dijo que tenía que regresar. Anne le preguntó que por qué, que aún le quedaban días de vacaciones. Patris asintió pero le dijo que tenía que volver porque tenía que comprarle a sus sobrinas los regalos de reyes y que no podía quedarse más tiempo.
- Me tengo que ir. No puedo quedarme más tiempo.
- Patris quédate hasta el domingo.
- No, no puedo. Me tengo que ir.
- Vale, como quieras. Cielo... te quiero.
- Lo sé, Anne, lo sé.
- Patris...
- Anne, no digas nada, por favor. No quiero hablar del tema. Lo hecho hecho está. Ha pasado y no hay vuelta atrás.
- Me perdonas?
- Te puedo perdonar Anne, pero sé que no lo voy a olvidar.
- Qué significa eso.
- Significa que cuando me vaya de aquí, será la última vez que nos veamos. Necesito tiempo. Tengo que aclararme. Te quiero con locura pero esto lo ha cambiado todo.
- Joer, Patris... perdona... no volverá a ocurrir. Te quiero, te quiero con locura.
- Anne, lo sé. Pero yo no sé si estoy preparada para seguir con una relación así. No sé qué pensaré si un día te llamo y no me coges el teléfono. No sé si pensare si estarás poniéndome los cuernos o no. Y no quiero eso. No quiero vivir con dudas. No quiero amar con dudas. Por eso necesito que durante un tiempo no hablemos, no nos llamemos. El tiempo al final será el que diga lo que tenga que pasar. Espero que lo entiendas.
- Sí, lo entiendo. Pero... pero... hemos vuelto a amarnos. Hemos hecho el amor... te he sentido, me has sentido...
- Sí, hemos hecho el amor, y también hemos follado. Pero eso no cambia nada de lo que ha pasado, Anne. Sé que ahora necesito pensar y para hacerlo, tengo que estar un tiempo sin saber nada de ti. Lo entiendes?
- Sí, lo entiendo.
- Anne, te quiero. Te quiero con locura y sé que te querré siempre.

sábado, 16 de agosto de 2008

Qué quieren?

Qué quieren? No lo entiendo. Qué pretenden? No lo sé. De qué hablo, es sencillo. Cada día sigo más sorprendidas por lo que la prensa inglesa y algunos deportistas americanos están diciendo del anuncio de la selección española de baloncesto, en el que los jugadores españoles salen con los dedos en los ojos para hacer como si los tuvieran rasgados. Y llegan los ingleses y americanos, que van de salvadores, y dicen que somos racistas. Sacan los pies del tiesto. Racitas? Anda ya!!! Yo veo el anuncio como un guiño a los chinos! Pero claro, hay que crear polémica cuando hay algo tan importante en juego como el prestigio de una selección que hace mucho tiempo que no rasca bola en las grandes competiciones internacionales (campeonatos del mundo y juegos olímpicos). Y claro, hoy es el gran partido, y hay que marear la perdiz para intentar que los aficionados chinos que acudan al pabellón estén en contra de España y animen a USA, y no estén contra ellos por las diferencias políticas que hay entre uno y otro país, porque los chinos es más "normal" que animen a los españoles que a los americanos -además les gusta más la tortilla española, el jamón y el flamenco!! Y supongo que es por eso que pensarán que esa tiene que ser otra "arma" a utilizar a su favor para intentar ganar un partido que saben que no va a ser tan fácil. Que el "dream team" ya no hace soñar con ganar y ganar a los amaricanos, tan prepotentes como han demostrado en sus declaraciones.
Menos mal que los chinos no han entrado en el juego e incluso deportistas de este país han quitado hierro al asunto y no lo consideran una provocación y mucho menos un acto de racismo.
Los americanos e ingleses tendrían que mirarse más el ombligo, porque que hable de racismo un jugador que ha sido acusado de maltratador tiene miga. Y los ingleses qué, joer no se acuerdan el "patinazo" y de los gordos de su querido principito que acudió a una fiesta de disfraces con un disfraz naci? Venga por ya! Que hay que mirar dentro de casa y barrerla y limpiarla antes de salir de ella.
Y encima van y recuerdan lo que pasó en Montmeló con Hamilton al que abuchearon. Y dicen que eran abucheos racistas. No!!!!! Que no se enteran de que abucheaban al niñato no porque fuera negro sino por la faena que le estaba haciendo él y Maclaren a nuestro Fernando Alonso.
En fin!!!! Qué le vamos hacer!!!! Ya se sabe que de donde no hay no se puede sacar!!!!
Ah, se me olvidaba. Fijaros si han dado importancia los chinos que desde la embajada China en Madrid le han quitado hierro también al asunto.

Ayyyyy, que miedo nos tienen estos americanitos, salvadores del mundooooo. Decizme de qué presumís y os diré de qué carecéis!!!!

A POR ELLOS, HOY Y EL DÍA DE LA FINAL, SI ES QUE LLEGAN A LA FINAL, CLARO!!!

POOOOO-DEEEEEEEEE-MOOOOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSSS

miércoles, 13 de agosto de 2008

Sigo sin entender

Sigo sin entender por qué en los tiempos que corren, es decir, en esta época en la que vivimos tienen que haber guerras. Tiene que morir gente inociente porque cuatro mandamases, cuatro locos no son capaces de pararse a pensar para qué sirven las guerras. Por qué no se suben a un cuadrilátero ellos, todos juntitos y se pegan de hostias hasta que caigan medio muertos. Que se maten entre ellos pero que dejen en paz al resto de la humanidad.
Ójala en vez de lanzar bombas se lanzaran besos, de dieran abrazos. Se diera más importancia a las cosas pequeñas. Si lo hiciesen, si se metieran de verdad en la piel de los sufren sus desvaríos quizás otro gallo cantaría.
Pero no sólo son las guerras las que me indignan. Me indignan muchas cosas más. La violencia de género. Esos cobardes maltratadores que siguen matando impunes. Y la falta de valentía de las mujeres que los sufren. Sí, porque para frenarlos hay que ser valientes y denunciar. Sé que es difícil, y sé de lo que hablo. Sé que es complicado, que el miedo paraliza. Pero joder, en qué mundo vivimos? Y la putada es que tú no puedes hacer nada. Ló sé, porque son las mujeres maltratadas las que tienen que dar el paso.
Vaya mierda de mundo

domingo, 10 de agosto de 2008

Capítulo 20

Anne le dijo a Bea que se iba. Que tenía que hablar con Patris, que era su novia, aunque la verdad ya no sabía si querría seguir siéndolo.
Salieron del pub y empezaron a caminar. Patris le dijo que dónde quería hablar. Anne le dijo que en un sitio tranquilo donde nadie les molestara. Y le pidió por favor que la llevara al hostal. Patris aceptó. Se fueron al hostal. Apenas habían hablado durante todo el camino. Subieron a la habitación. Patris cerró la puerta. Estaba abatida.
- Patris... yo... lo siento.
- Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes?
- Lo que ha pasado.
- Que te haya pillado con otra? Qué idiota he sido! Pensaba que lo nuestro era real y que me querías tanto como yo a ti. Pero ya veo que me has tenido engañada y que has jugado conmigo.
- Patris por favor... te lo pido por favor...
- No estás en condiciones de pedir nada. La que tiene derecho a pedir soy yo. Y espero que me des una explicación.
- Te la voy a dar, cariño.
- No me llames cariño. Cómo has podido Anne, cómo?
- Lo siento... no sé cómo he podido.
- Y hace mucho tiempo que me engañas. O me has tenido engañada desde siempre.
- No, no, no... sucedió anoche. Había bebido...
- Vaya, el alcohol, la excusa perfecta.
- No, no es la excusa perfecta. No hay excusa para esto.
- No, no la hay.
- Me dejas que te lo explique.
- Sí, hazlo. Por qué también me tienes que explicar por qué hoy también estabas con ella.
- No sé... yo....
- Me lo vas a explicar todo? Me lo vas a explicar todo?
- Sí, lo voy hacer.
- No sé si quiero oírlo.
- Por favor, déjame que te lo explique.
- Vale, hazlo.
- Estaba bailando en la discoteca. Me entro y no sé, se me nubló la mente. Nos empujaron y me besó. Empezó a echarme mano.
- Vaya y tú no te pudiste resistir!
- Lo intenté, te juro que lo intenté.
- Ah sí? No sé yo!
- Te lo juro me resistí...
- De verdad?
- Sí, lo intenté. Pero al final...
- Te la tiraste, no?
- Sí, follamos, si es lo que quieres saber. Lo hicimos.
- Calla por favor, no quiero escuchar más.
- Lo siento, lo siento, lo siento...
- Tú qué vas a sentir, Anne?
- Te juro que lo siento. Pero no sé lo que me pasó.
- Pues que te puso a mil y tú no supiste decir que no.
- Lo siento...
- Bueno, creo que será mejor que te vayas.
- Patris... por favor...
- Anne, necesito estar a solas.
- Déjame que me quede...
- Qué te quedes? Qué quieres Anne?
- Demostrarte que ha sido un error, una calentura.
- Ya, ha sido un error.
- Por favor... te quiero, te quiero, te amo.
- Si me amaras no me habrías puesto los cuernos!
- Te amo, déjame que te lo demuestre.

sábado, 9 de agosto de 2008

Capítulo 19

Patris pasaba la nochevieja con unos amigos. De repente sintió un pinchazo en el corazón. No sabía explicar lo que le pasaba, pero en seguida le vino a la cabeza Anne. Cogió el teléfono y la llamó. Lo tenía apagado o fuera de cobertura. Eso es lo que decía la voz de la operadora. Por un momento recapacitó. Pensó que Anne estaría en la discoteca y que allí no había cobertura. Así que no le dio más vueltas. Hablarían mañana.
Era año nuevo. Patris ya había cogido sus cosas, las había metido en la bolsa de deportes. Se iba a Zaragoza después de comer. No le había dicho nada a Anne. Le quería dar una sorpresa. Volvió a reservar habitación en el mismo hostal. Cogió el coche, se fue a la gasolinera, llenó el depósito y se puso rumbo a Zaragoza.
Anne seguía teniendo el móvil apagado. Patris pensaba que igual estaría durmiendo. No era normal pero pensó que igual se había quedado sin batería y hasta que no llegara a casa no lo podría recargar.
Patris llegó a Zaragoza. Se dirigió al hostal. De repente el corazón le dio un vuelco. A lo lejos vio a Anne. Iba con otra chica. La tenía cogida de la mano. Entró en el hostal. Subió a la habitación. Qué era lo que pasaba? Quién era esa chica con la que iba Anne. No la conocía. No era ninguna de sus amigas. O por lo menos ninguna de sus mejores amigas, las que Anne le había presentado. Volvió a llamar a Anne pero su móvil seguía apagado.
Por la noche salió. Sabía donde podía estar Anne. Así que se fue al pub de ambiente al que últimamente solía ir Anne con sus amigas. Entró y empezó a buscar con su mirada a Anne. No estaba. O por lo menos no la veía. Se fue a un rincón y volvió a llamar a Anne. Pero nada, el móvil seguía apagado. De repente la vio entrar. Iba riéndose. Su cara se iluminó al verla. Tras ella entraba otro grupo de chicas y entre ellas, la que la que iba con ella cuando había llegado al hostal. Decidió no saludarla. Se quedó observando a ver qué pasaba.
Anne era ajena a Patris. Ni se imaginaba que estaría en el pub. Salió a bailar. Una chica la tenía cogida de la mano. Empezaron a bailar muy juntas, a besarse. Patris seguía mirando perpleja lo que estaba viendo. Anne estaba con otra. No hizo nada. Siguió observando hasta que se fue a bailar. Poco a poco fue acercándose a dónde estaba Anne. Aprovechó que la chica se fue a la barra a pedir para acercarse más, hasta que se plantó delante de Anne. Anne se quedó blanca.
- Hola, Anne.
- Patris! Qué haces aquí?
- Pues ya ves. He venido a darle una sorpresa a mi novia, pero ya veo que la sorpresa me la ha dado ella a mí.
- Patris yo...
- No, no digas nada. No hace falta.
- Anne quien es esta tía?
- Perdona, he interrumpido algo? –le contestó Patris-.
- No, no has interrumpido nada. Pero tía lo siento, esta chica está ya pillada.
- Si, ya veo... Pensaba que estaba pillada por mí, pero ya veo que no.
- Patri... por favor... –le dijo Anne-.
- No, no digas nada. Ah, y perdonad la interrupción, ya me iba.
- Patris por favor... espera...
- Para qué?
- Déjame que te lo explique...
- No, no tienes nada que explicarme, creo que está todo bien clarito.
- Patris... podemos hablar?
- De qué? No hay nada de qué hablar.
- Por favor...
- Anne, no me lo pongas más difícil.
- Por favor..., te lo estoy pidiendo por favor.
- Vale.

viernes, 8 de agosto de 2008

No sé, la verdad

Acabo de llegar a casa tras el reencuentro. No ha sido tal y como yo lo esperaba, aunque no me puedo quejar. Al final nos hemos juntado ocho, y dos eran amigas que se han venido con ella de Madrid. Una de ellas, aunque no estoy segura, creo que es la ex. La conocí en Madrid en junio. La otra la he conocido hoy.
Nos hemos ido a un chiringuito de la playa, la verdad es que se estaba genial. El agua serena, yo serena, tranquila, aunque la procesión iba por dentro. El corazón me iba a mil por hora. Bueno, pues eso, que nos hemos vuelto a ver. Yo como había decidido antes de irme a Roma, voy a intentar comportarme de una forma diferente a la que me comportaba antes. Es decir, no estar pendiente de ella. O sea, pasar un poco o hacer como si pasara. Así lo he hecho. Y bueno, cuando le he dicho a mi amiga, la pivón, que si mañana se venía a jugar al pádel, entonces ella ha propuesto que vayamos a jugar a la urbanización de su padre, que comiéramos allí, que jugáramos al pádel y que después nos bañáramos en la piscina. Iba a decirle que sí, pero me he mordido la lengua y le he dicho que había quedado y que tenía la pista reservada en el club de tenis, que no podía. Ella ha insistido. Y ha dicho que después trataría de convencerme. Bueno, yo le he dicho que no podía, y le he dicho a la pivón que si quería ir que no pasaba nada, que ya buscaba a alguien para jugar. Bueno en fin, que al final he quedado que después igual me paso por allí.
En la cena se ha sentado a mi lado. Y bueno, no lo he podido evitar, le acercaba todos los platos para que se sirviera. Y bueno, a pesar de todo, he seguido sin hacerle mucho caso, hablando más con los demás.
Lo hemos pasado bien. Y nos hemos despedido. Pero no sé, la despedida no ha sido como yo esperaba. No le he dado los dos besos. Ella tampoco ha hecho mucho para que se los diera. No sé, eso pasaba hace tiempo. Y ahora, ha vuelto a suceder. No sé qué pensar. Por qué no se ha despedido como lo ha hecho con todos? Por qué no lo he hecho tampoco?
En fin, que mañana será otro día! Y ya veremos como sale.

jueves, 7 de agosto de 2008

El reencuentro

Estoy nerviosa. Hoy va a ser el reencuentro. Desués de veintiséis días, por fin nos vamos a reencontrar. Ayer cuando me mandó el sms y me dijo que estaba aquí, ya me puse nerviosilla. Pero cuando este mediodía me ha enviado uno diciéndome que esta noches quedáramos para tomarnos algo, pues super nerviosa. La prueba, es que apenas he comido.
No sé al final cuántos seremos esta noche porque nos juntaremos el grupo de teatro, aunque no creo que todos vayan. Lo que sí tengo claro es que al final nos quedaremos muy poquitos, y me imagino que como siempre entre esos tres o cuatro estaremos ella y yo.
Lo importante es que esta noche, a solas o en compañía nos vamos a ver. Es el reencuentro y estoy nerviosa. La última vez que nos vimos, fue cuando su amiga tonteaba con ella, y ella sólo hacía que excusarse conmigo, cuando no tenía por qué.
Bueno, que no sé, que ya tengo ganas de que sean las nueve de la noche. Es la hora, minuto arriba minuto abajo, del reencuentro!!!!

miércoles, 6 de agosto de 2008

Capítulo 18

Los días y las semanas iban pasando. Cada vez el amor iba creciendo entre las dos. Seguían hablando por el messenger. Haciéndose perdidas durante todo el día. Era la forma que tenían de recordarse que pensaban la una en la otra.
La Navidad ya había llegado. Patris ya estaba preparando su viaje a Zaragoza. Iría la primera semana de enero, en vacaciones. Pasaría una semana con Anne. Le volvería a dar otra sorpresa. Le gustaba sorprender a su amada.
Era nochevieja. Anne había quedado con sus amigas. Se iban a una macro fiesta que daba una discoteca. Estaba bailando y se le acercó una chica.
- Hola.
- Hola.
- Vaya movida que han montado!
- Sí, hay mogollón de gente.
- Cómo te llamas?
- Anne. Y tú?
- Bea. Te apetece tomar una copa?
- Vale.
- Tienes novio?
- No, no tengo.
- Y pareja?
- Sí, pareja sí.
- Vaya una lástima!
- Sí.
- Sí.
- jajaja, para quién?
- Para ella!
- Para ella?
- Sí.
- No, ella es muy afortunada y yo también!
- Quieres bailar?
- Vale.
Empezaron a bailar. Bea se arrimaba a Anne y la provocaba. Anne seguía bailando sin dar importancia a las provocaciones de la desconocida. De repente la empujaron y cayó encima de Bea y ésta le plantó un beso en los labios. Anne estaba aturdida. No sabía por qué. Si lo que la había aturdido era el beso o es que había bebido demasiado.
Bea la cogió de la mano y se la llevó a un sitio más tranquilo, y donde apenas había gente. Allí la atrajo para si y la besó. Anne la empujó, pero de nuevo Bea la besó. Anne no pudo zafarse del beso y sin querer lo devolvió. Bea empezó le puso la mano en un pecho y empezó a jugar con su pezón. Anne estaba desorientada. Sentía un impulso irresistible de seguir, pero le vino a la cabeza Patris. Intentó frenar a Bea pero su impulso era más fuerte. Estaba excitada. Bea le había metido la mano por debajo de la falda. Había apartado sus bragas. Anne no tenia fuerzas para resistirse. Bea dejó de besarla. Y bajó su cabeza... Anne no aguantaba. Estaba a punto de explotar. Se echaron en el suelo.
- Te gusta?
- Sí, pero no debo. Mi novia...
- Tu novia no está y ella no puede darte lo que te doy yo ahora. Te voy a follar.
- No, no lo hagas...
- Estás tan caliente como yo y lo deseas tanto como yo.
- No... no quiero... Creo que he bebido demasiado...
- Lo deseas, verdad?
- Ummm... no...para...
- No, no quieres que pare.
- Sí... te he dicho que pares.
- Ya, pero no quieres. Quieres que te folle?
- No... por favor... no...
Bea siguió en su empeño. A Anne apenas le quedaban fuerzas para resistirse. Empezaba a desear que lo hiciera. No quería pero lo estaba deseando. Así que terminaron follando.
Anne estaba echada en el suelo, medio desnuda. A su lado estaba Bea dormida. Anne se echó las manos a la cara. Qué había hecho se preguntó. Cómo, por qué. Esas preguntas retumbaban en su mente. Cómo había sido capaz de follar con una desconocida. Por qué había traicionado a Patris.

martes, 5 de agosto de 2008

Capítulo 17

El domingo amaneció lloviendo. Patris tenía otra sorpresa para Anne. La despertó con un beso dulce.
- Buenos días amor.
- Ummm, me encanta que me despiertes así. Me encantaría que todas las mañanas estuvieras a mi lado para despertarme así.
- No sé yo, eh!
- Cómo que no sabes?
- Sí, no se yo si resistiría mucho así.
- Cómo?
- Pues que a este paso, me matarás haciéndome el amor. Y algún día amanecería muerta.
- Jajaja, qué buena eres! Igual la que se moría era yo, pero me encanta sentirme así.
- Ya. Bueno, cierra los ojos, que tengo una sorpresa para ti. No los abras vale.
- Vale, no los abro.
Patris cogió algo del bolsillo de su pantalón. Sacó un colgante con un corazón de plata y se lo puso a Anne.
- Ya puedes abrir los ojos.
- Qué bonito! Me has vuelto a sorprender.
- Te gusta?
- Sí, me encanta. Ummm me gustaría regalarte algo.
- A mí.
- Sí, a ti, pero no sé si querrás mi regalo.
- Cómo que no sabes si lo querré o no. Claro que lo voy a querer.
- Estas segura? Es que no quiero que te mueras!
- Jajaja.
- Te ries?
- Sí, sí, es que veo que eres insaciable.
- Es que me provocas unas ganas tremendas de amarte. De saborearte, de...
- Ummm, me quieres saborear.
- Sí, sí. No quieres que lo haga?
- Sí, cielo, suena muy bien. Sabes...
- Qué?
- Ummm, me dejas que sea yo la que te saboree primero.
- Ummm, eso suena muy bien.
- Puedo jugar contigo. Estás dispuesta o aceptas que te vende los ojos?
- Ummm, suena mejor que mejor.
Patris le vendó los ojos. Se fue al mini bar y cogió un cubito de hielo. Se lo puso en la boca y se lo sacó. Empezó a besar a Anne. Se volvió a poner el cubito en la boca. Y empezó a pasárselo por el cuello. Poco a poco fue bajando hasta llegar al pecho... Anne jadeaba al mismo tiempo que su cuerpo se movía sinuosamente. Le pidió que le hiciera el amor que ya no lo podía resistir. Y Patris le hizo el amor.
Volvieron a dormirse. La alarma del móvil de Patris sonó. Era la una del mediodía. Anne tenía que marcharse. Tenía que volver a su casa. Y ella, recoger las cosas y volver a la suya. La despertó y estuvieron durante media hora hablando. Se despidieron. La despedida fue triste para ambas. Sabían que a partir de ahora la cosa había cambiado. Ya nada iba a ser lo mismo. Y la distancia a partir de ese momento iba a ser muy dura.
Patris acompañó a Anne hasta la puerta de su escalera. Y se despidieron. Anne le pidió a Patris que condujera con cuidado y que la llamara nada más llegara a casa.
El fin de semana había sido inolvidable. Anne no se lo podía creer. Patris se había presentado en Zaragoza y le había dado una sorpresa. Se habían amado con locura y con ternura. Lo tenía claro, estaba enamorada de Patris.
Por la noche, después de hablar con Patris. Anne no paraba de darle vueltas a la cabeza. Y a partir de ahora qué. Qué iba a pasar. Cuando volverían a verse. Podría mantener una reunión a distancia. Estaba preparada para ello. No tenía ni idea. Lo único que sabía es que iba a disfrutar el momento y esperaba que el fin de semana como el que había acabado de pasar se repitiera muchos más.
Patris estaba acostada. También le estaba dando vueltas a la cabeza sobre el tema. Sabía que iba a ser complicado mantener una relación a distancia con Anne. Pero tenía claro que la quería y que iba a demostrárselo cada día. Seguía estando en una nube. La había amado, se habían amado. Pensaba y pensaba en cuando podría otra vez ir a Zaragoza.

No mejora

El viernes me quedé un poco "tocada" cuando "mi amor" llamó por teléfono y dijo que a su abuela, que le habían dado el alta el lunes la iban a ingresar otra vez. No quiere comer. Hoy le he enviado un sms para saber cómo estaba. Me ha contestado que ayer sí que comió pero que hoy no lo ha hecho. Que posiblemente mañana la tengan que ingresar en una residencia especializada.
No mejora y creo que no lo hace porque ya no tiene fuerzas para seguir luchando, es decir, que ya no quiere vivir. Creo que piensa que es mejor rendirse a seguir luchando. Y eso debe ser jodido. Primero porque es una decisión muy fuerte, querer dejar de estar en este mundo. Y segundo, porque sé que los que están a su alrededor, entre ellos "mi amor" lo están pasando mal.
Yo intento darle ánimos a "mi amor". Es lo único que le puedo dar. Animarla y decirle que seguro que mejora. Pero no, no lo hace. Y pienso que es por lo que he dicho antes. Pero eso no se lo puedo decir a ella, aunque sé que en el fondo ella lo sabe.
Desde el 12 de julio no veo a "mi amor". La echo de menos. Echo de menos verla, su sonrisa, sus gestos... Pero entiendo que lo primero es lo primero. Y ahora lo más importante es que esté junto a su abuela. Ya tendré tiempo de verla, de contemplarla, de fijarme en esos pequeños detalles que me encantan. Esa forma de acariciarse el pelo, de coger el boligráfo... Todas esas cosas que no sé si alguien más se fijará en ellas, pero que son las que me gustan.
No mejora, y no lo hace porque no quiere comer.

domingo, 3 de agosto de 2008

Capítulo 16

Se fundieron en un beso. Patris volvió a desnudar a Anne y le hizo el amor de nuevo. Pasaron casi todo el día en la cama. Patris lo tenía todo controlado. Había pedido que les trajeran a la habitación algo de comer. Antes le había preguntado a Anne si quería salir a dar una vuelta. Ir a comer por ahí. Anne le había dicho que no. Que no quería moverse de la habitación. Que quería disfrutar de cada segundo, estar con ella.
Llegó la noche y Patris le dijo a Anne que estaría bien que quedaran con sus amigas para cenar. Anne no quería. Pero Patris la convenció.
- Cielo, vamos a cenar con ellas. Es lo menos que podemos hacer. Gracias a Sandra, que ha sido mi cómplice, estamos juntas.
- Jooo, yo quiero estar sólo contigo. No quiero compartirte con nadie. Y estoy segura de que si vamos a cenar con ellas te tendré que compartir. Mis amigas te bombardearán a preguntas. Ya verás.
- Jajaja, estoy segura que sí. Que lo harán. Pero lo más lógico es que quedemos con ellas. Te parece bien.
- La verdad, es que no me parece bien! Jajaja.
- Bueno, las llamas y quedamos.
- Sí.
Anne llamó a sus amigas. Quedaron en verse en un par de horas. Patris se metió en la ducha. Cuando estaba duchándose, Anne entró en el baño y le dijo:
- Sabes lo que me apetece hacer?
- No lo sé, cielo, pero lo intuyo.
- Jajaja, si es que eres una chica lista, eh!
- No sé, no sé.
- Me apetece ducharme contigo. Me enjabonas la espalda.
- Anne, a mí me encantaría. Pero si lo hacemos nos vamos a liar y no llegaremos a la cena.
- Venga...
- Cielo, no me puedo resistir.
Se ducharon juntas. Patris le enjabonó la espalda, suavemente. Después le quitaba el jabón con la mano y la besaba. Le pasaba la lengua por la espalda, después la giró hacia sí... Anne se estremecía de placer, sus espasmos crecieron cada vez más... Volvieron hacer el amor bajo el agua de la ducha.
Les quedaban media hora para vestirse y llegar al bar donde habían quedado para cenar. Llegaron cinco minutos tarde. Allí estaban Sandra, Ali y Angi. Se saludaron.
- Hola, vaya, qué caras!
- Caras?
- Sí, de felicidad. No sé. Es la primera vez que le veo a Anne esa expresión –dijo Ali-.
- Sí, yo también –añadió Sandra-. Aunque Anne tienes un poco de ojeras. No has dormido bien?
- Jajaja, dormir? Claro, pero poquito!
- Ah si? –contestó Angi-.
- Claro, tú que crees. Hemos estado toda la noche hablando.
- Sí, sí, hablando. Estoy segura de eso.
- Lo dudas? –le contestó Anne-.
- Bueno, chicas, qué queréis para cenar? –dijo Patris-.
- No sé, por qué no pedimos unas tapas?
- Vale.
Cenaron y después se fueron a tomar unas copas. Las amigas de Anne a la mínima que tenían le preguntaban qué tal le había ido con Patris. Anne, sonreía. Les dijo que era muy feliz y que ya les contaría otro día qué tal había ido todo. Lo único que les dijo es que Patris era encantadora. Que la había sorprendido.
- No os podéis ni imaginar. Nos acabábamos de levantar. Estaba hablando con mi madre. Y me dijo ahora te voy a sorprender. Empezó a hacer la cuenta atrás desde diez y de repente tocaron a la puerta de la habitación.
- Qué dices? –les dijeron al unísono todas-.
- Eso, que en eso tocaron a la puerta.
- Y?
- Y me dijo que abriera. Abrí y apareció un chico con un ramo de rosas impresionante.
- Un ramo de rosas? Joder qué bien! –le dijo Sandra-.
- Sí y con tarjetita y todo. Es un encanto.
- Sí, se nota que es un encanto y que te quiere con locura.
- Sí, eso no lo dudo.
Patris estaba bailando. Sabía que Anne necesitaba hablar con sus amigas y que sus amigas querían hablar con ella. Así que por eso había decidido ir a bailar. Se sentía de todas formas controlada. Sus amigas de vez en cuando la miraban y sonreían.
Anne siguió hablando con las tres:
- Sabéis, nunca me hubiera imaginado que me pillaría por nadie tanto como estoy pillada por Patris.
- Joder Anne –le dijo Angi-, si me dan ganas a mí de convertirme en lesbiana!
- Y a mí también! –dijeron al unísono Ali y Sandra-.
- Bueno si queréis os convertís pero una cosita que os quede clara, eh! Patris es mía!
- Jajajaja, sí, sí. Y no tendrá Patris un clon? –preguntó Angi-.
- Jajaja, estaría bien! –dijo Sandra-.
Patris volvió a la mesa. Les preguntó que tal se lo estaban pasando. Le guiñó el ojo a Anne. No hacían falta las palabras. Se veía muy claro que con las miradas se decían en cada instante que se querían. Pasaron dos horas más y al final salieron del pub.
- Bueno, chicas, qué queréis hacer ahora? –preguntó Patris-.
- Cómo que qué quieren hacer ahora? –dijo Anne-. Ahora se van a casa y nosotras al hostal, jajaja.
- Bonita forma de decirles a tus amigas que nos dejen a solas, eh!
- Sí, sí, pero tranquila, Anne es así –contestó Sandra-. De todas formas, estoy cansada y sí que me voy a dormir.
- Nosotras también nos vamos –dijo Ali-, que también es tarde.
Se despidieron. Anne y Patris se marcharon al hostal. Nada más cerrar la puerta de la habitación. Patris cogió a Anne de la cintura la atrajo hacia ella y la besó. Anne tras el beso le susurró que la quería y empezó a mordisquearle la oreja. Volvieron hacer el amor y después se quedaron dormidas.

sábado, 2 de agosto de 2008

Capítulo 15

El teléfono de Anne sonó. Era Ali. Anne miró a Patris y le dijo:
- Bueno, ya conoces a mis amigas, no?
- Sí, por?
- Porque es Ali, así que supongo que querrá saber qué tal ha ido todo.
- Bueno, es evidente que tienen bien claro que hemos pasado la noche juntas.
- Sí, claro, claro. Pero son muy cotillas y ya verás como si contesto empieza a bombardearme.
- Cielo, contesta.
Anne descolgó el teléfono.
- Hola, Ali.
- Hola, Anne. Oye cómo ha ido todo?
- Muy bien. No pretenderás que te lo cuente ahora, no?
- Mujer, tú que crees?
- Jajaja, conociéndote como te conozco? Creo que sí, pero va a ser que no. Quiero aprovechar el máximo tiempo que pueda para estar con Patris. Te prometo que ya te contaré lo que ha pasado, vale.
- Vale.
- Ah, pero no entraré en detalles!!!
- Vale, vale, los detalles no, pero me tienes que contar que tal!
Patris cogió el teléfono y saludó a Ali. Le dijo que lo sentía pero que le iba a robar a su amiga. Se despidió y colgó. Anne sonrió. Hasta en eso Patris era un encanto. Le había dicho de una forma delicada a su amiga que las dejara en paz.
Volvieron a besarse. Patris acariciaba la espalda de Anne. Y empezaron hablar.
- Cielo, te ha gustado que te sorprendiera?
- Sí, me ha gustado.
- Espera medio minuto, que tengo otra sorpresa para ti.
- Otra sorpresa para mí.
- Sí.
- No sé cual será la sorpresa pero seguro que me gusta.
- Bueno, en diez segundos la sabrás. Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, y....
Llamaron a la puerta de la habitación. Patris le pidió a Anne que abriera ella la puerta. Anne se levantó. Se puso la blusa y los vaqueros. Y abrió la puerta. No se lo podía creer. De nuevo Patris la había sorprendido.
- Gracias!
- Te gustan?
- Sí, son preciosas. Es la primera vez que me regalan un ramo de rosas.
- Sí? Nadie te había regalado nunca un ramo de rosas?
- No, nadie.
- Vaya empiezo a darme cuenta de que soy la primera en muchas cosas.
- Sí, eres la primera en casi todo. Has sido la primera persona que me ha escrito una poesía. La primera mujer que me ha besado. La primera que me hecho el amor. Y la primera que me ha regalado un ramo de rosas.
- Bueno, y eso te gusta. Te gusta que haya sido la primera en esas cosas.
- Claro, me encanta. Te quiero.
- Has leído la tarjetita?
- Vaya, no me había dado cuenta de que tenía una tarjetita.
- Pues debe estar.
- Sí, aquí está.
Anne leyó lo que ponía la tarjeta:
“Me acaricias por dentro. Te quiero. Gracias por hacerme tan feliz”.
Anne miró a Patris. Patris estaba mirándola. Sonreía.
- Y?
- Y?
- Sí, si te ha gustado la dedicatoria.
- Claro, me ha encantado!
- Anda ven. Me quieres dar un beso?
- No, no te quiero dar un beso.
- No?
- No, te quiero dar cientos.