miércoles, 30 de julio de 2008

Capítulo 14

Se despidieron de sus amigas. Y salieron del bar. En la calle, Patris le dijo a Anne que a dónde quería ir.
- Cielo, dónde quieres que vayamos?
- Has pillado un hostal?
- Sí.
- Pues vamos allí. Quiero estar a solas contigo.
- Como quieras.
Se marcharon al hostal. Subieron a la habitación y nada más entrar Anne volvió a besar a Patris. Se fundieron en un nuevo beso que les precipitó a la cama. Patris empezó a acariciar a Anne, mientras seguían besándose. Anne respondió de la misma forma. Se separaron un instante. Patris le dijo a Anne:
- Cielo, te quiero con locura.
- Y yo también. Cuanto tiempo he estado deseando que llegara este momento.
- Y yo. Te quiero, Anne.
- No me has pedido un beso?
- Jajaja, no me has dado tiempo!
- Me lo hubieras pedido?
- Tú que crees -le respondió Patris-.
- Conociéndote como te conozco deduzco que sí.
- Sí, pero que sepas que no me has dado tiempo a pedírtelo.
- No, no te he dado tiempo. No quería que se repitiera la historia. - Tú crees que se hubiera repetido?
- No, no se hubiera repetido.
Volvieron a besarse. Estaban echadas en la cama. Acariciándose. Cuando Patris le dijo a Anne:
- Estás segura de lo que hacemos?
- Sí, muy segura. Y me apetece. Tú no lo estás?
- Sí, pero no quiero forzarte a nada. Sólo quiero que tú lo desees.
- Lo deseo desde hace tiempo. Deseo sentirte, deseo amarte.
- Te quiero.
Patris empezó a desnudar a Anne. Empezó a besarla por el cuello. Mientras le acariciaba la espalda. Después empezó a susurrarle en francés. Le dijo lo mucho que la quería. Anne tenía los ojos cerrados. Sentía todo lo que Patris le decía, sus caricias. Hicieron el amor. Era la primera vez que Anne se había acostado con una mujer. Se lo confesó después a Patris. Patris la besó dulcemente. Se abrazaron. Se estaban quedando dormidas.
- Cielo, te estas durmiendo.
- Sí, estoy como en una nube.
- Son las cuatro de la mañana. Te tienes que ir?
- No, le he dicho a mi madre que me quedaba en casa de Sandra.
- Ah si?
- Sí. Sandra me dijo que me tenía que quedar en su casa. Que iba a estar sola, que sus padres no iban a estar y así nos pasaríamos la noche por ahí de fiesta.
- Chica lista tu amiga, eh!
- Sí. Creo que se imaginaba que al final íbamos a estar tú y yo juntas esta noche.
- Sí. Recuérdame mañana que le de las gracias.
Se besaron, volvieron a hacer el amor. Al final se quedaron dormidas abrazadas.
Patris se despertó. Miró a su alrededor y se frotó los ojos. Había sido un sueño? Era real todo? Cerró de nuevo los ojos. Los volvió abrir. Sí, era real. Anne estaba dormida a su lado. Se acercó suavemente a ella y la besó. Anne se despertó.
- Ummm, que despertar más tierno.
- Perdona, no quería despertarte, pero no he podido frenar el impulso de besarte.
- Me das otro beso?
- Sí, claro. Si por mi fuera no dejaría de besarte.
- Te has dado cuenta de una cosa?
- De qué, cielo.
- De que esta vez te lo he pedido yo.
- El qué?
- El beso.
- Jajaja, es verdad!
- Venga tontaina, ya tardas.
- Tardo?
- Sí, en darme el beso.
- Es que me gusta hacerme de rogar. Ahora eres tú la que me lo pides, y yo me hago la interesante. Para que así lo desees más.
Patris se acercó a Anne y la besó. Siguieron besándose. Empezaron de nuevo a acariciarse. Y volvieron hacer el amor.
- Te amo -le susurró Patris a Anne-.
- Yo también.
Eran las doce de la mañana. Anne tenía que volver a casa. Pero tuvo una idea. Llamó a Sandra y le dijo que si quería seguir siendo su cómplice. Sandra le dijo que le contara qué tal había ido. Anne le dijo que genial, pero que ahora no podía contarle nada. Le pidió a Sandra si podía decirle a su madre que se quedaba a comer con ella. Sandra le dijo que sí, que no había ningún problema. Así que Anne llamó a su madre.
- Hola, mamá.
- Hola.
- Oye que al final me quedaré a comer con Sandra. Así aprovecharemos después para estudiar. El lunes tenemos que entregar un trabajo y lo tenemos que acabar.
- Vale.
- Mamá.
- Dime.
- Te parece bien que esta noche me vuelva a quedar a dormir en casa de Sandra.
- Otra vez?
- Sí, así mañana nos levantaremos temprano y terminaremos el trabajo.
- Vale, como quieras.
Anne se despidió de su madre. Colgó el teléfono y le dijo a Patris:
- Está todo solucionado.
- Solucionado?
- Sí, solucionado. No te vas a poder deshacer de mí. Hasta mañana a la hora de comer, me quedaré contigo.
- De verdad?
- Sí, de verdad. He llamado a mi madre y le he dicho que me quedo en casa de Sandra a comer, que tenemos que hacer un trabajo y que entre hoy y mañana lo acabaremos. Así que hasta mañana al mediodía me tendrás a tu merced!
- Ummm, que bien suena eso!
- Sí verdad!
- Sí.

lunes, 28 de julio de 2008

Capítulo 13

Patris planeó su escapada a Zaragoza. Tal y como lo había hablado con Sandra, sabía perfectamente donde iban a cenar. Así que llegó a Zaragoza. Se fue al hostal en el que había reservado la habitación. Y tras ducharse y arreglarse se marchó al bar donde Anne estaba cenando con Sandra y sus amigas.
Anne acababa de pedir una cerveza. Patris le dijo al camarero que si no le importaba si se la podía llevar ella. Le dijo que le iba a dar una sorpresa. El camarero aceptó. Así que Patris se dirigió a la mesa. Sandra estaba de frente. Vio llegar a Patris. Supo que era ella, la reconoció por la foto que le había enseñado Anne. Sonrió. Patris le guiñó el ojo.
- Perdón, había pedido una cerveza con alcohol o sin alcohol.
Anne no se giró. Y le dijo:
- Hombre! Hoy estas torpe eh!
- Perdón, le estoy diciendo si era con o sin?
Anne se dio la vuelta. Se quedó sin habla. Allí plantada detrás de ella estaba Patris, con una sonrisa de oreja a oreja. Anne se quedó con la boca abierta. Traspuesta. No podía reaccionar.
- Hola, cielo.
- Patris....
- Sí?
- Qué haces aquí?
- He venido a verte. Necesitaba verte.
- Pero... cómo..., cómo sabías que estaba aquí?
- No me vas a dar un beso de bienvenida.
- Sí, sí.
Anne le dio dos besos. Y le presentó a sus amigas.
- Y cómo sabías exactamente dónde estaba cenando.
- Bueno, tienes buenas amigas, y ellas me han ayudado.
Patris se sentó en la mesa al lado de Anne. Le templaba todo el cuerpo. Estaba de nuevo al lado de la chica que le había robado el corazón.
- No me lo puedo creer, que estés aquí.
- Pues soy yo.
- Me acompañas al aseo?
- Al aseo?
- Sí.
- Vale.
Se fueron al aseo. Y entraron en un baño. Cuando cerró la puerta, Anne besó a Patris. Patris no se lo esperaba. La sorprendió. Se fundieron en un beso tierno. Estuvieron besándose durante un minuto. Patris recobró el sentido. Lo había perdido besando a Anne.
- Te quiero.
- Yo también.
- Gracias.
- Por qué me das las gracias?
- Por besarme.
- Eres tonta!
Y Anne volvió a besar a Patris. Pasados cinco minutos volvieron a la mesa. Sus amigas estaban sonriendo. Y empezaron a hacer bromas sobre el baño. Anne les dijo que si les parecía bien que ella y Patris se fueran.
- No os importa que Patris y yo nos vayamos y os dejemos?
- No digas tonterías -dijo Sandra-, ha venido para estar contigo, así que es lógico que os vayáis. De hecho ya tardáis.
- Gracias.
- Gracias.

viernes, 25 de julio de 2008

Capítulo 12

Estuvieron media hora discutiendo y riéndose. El juego había terminado. Era tarde y tenían que irse a dormir.
- Cielo, apago el ordenador y te llamo, vale.
- Sí, pero llámame en media hora.
- Vale, dentro de media hora te llamo.
Apagaron el ordenador. A la media hora tal y como habían quedado Patris llamó a Anne.
- Cielo, te he pillado, eh!
- Sí, sí, sí. Lo admito, has sido más lista que yo.
- Claro, cielo. La experiencia es un grado!
- Ah es verdad, señora!
- Jajajaa, ahora soy señora!
- Sí, claro, eres mucho mayor que yo.
- Por cierto, ahora que hablas de la edad. Te importa que sea quince años mayor que tú?
- No, no me importa.
- Piensa que cuando tenga 65 tú tendrás 50.
- Y?
- Pues eso que me jubilaré.
- Mejor, así te tendré siempre en casa!
- No sé, no sé.
- Sí, y te cuidaré.
- No sé, no sé.
- Sí, y tú presumirás de mí.
- Claro y tú de mí, de lo bien que estaré conservada!
- No sé, no sé -le dijo Anne-.
- Anne...
- Dime.
- Te quiero. Cielo. Cada día siento más por ti.
- Yo también te quiero.
- Oye Anne y cuando nos volvemos a ver?
- No sé. Está complicado, creo.
- Complicado?
- Sí, tú trabajas y yo estudio. Dependo de mis padres y no puedo irme de casa así como así. No puedo decirles a mis padres que me voy a Valencia.
- Ya lo sé, cielo. Sé que va estar complicado y que igual pasa mucho tiempo de aquí a que nos volvamos a ver.
- Sí.
- Sabes...
- Dime.
- El día que menos te lo esperes me presento en Zaraguays como dices tú.
- De verdad?
- Sí.
- Patris...
- Dime.
- Te quiero y deseo con locura que llegue ese día.
Estuvieron hablando durante diez minutos más. Eran ya las tres y media de la mañana. Una vez más el tiempo se les había pasado volando. Como siempre les costaba despedirse. Así que como ya era costumbre en ellas, contaron hasta tres y colgaron al mismo tiempo.
Patris cerró los ojos y empezó a darle vueltas a la cabeza. Quería volver a ver a Anne y quería que fuese lo más pronto posible. Entonces pensó qué podía hacer para poder ir a Zaragoza a verla. Y de repente se le ocurrió. Le daría una sorpresa a Anne, el fin de semana siguiente. Lo tenía decidido.
Pasaron los días y Patris estaba decidida a llevar su plan a cabo. Pero no le iba a decir nada a Anne. Quería que fuese una sorpresa. Lo había planificado todo minuciosamente. Había pensado preguntarle a Anne si iba a salir el viernes. Si le decía que ella tenía que trabajar, Anne saldría con sus amigas. Pero necesitaba una cómplice para que su plan pudiera llevarse a cabo. Así que decidió llamar a Sandra.
- Hola.
- Hola, Patris, qué sorpresa!
- Oye, necesito que me hagas un favor!
- Un favor?
- Sí, necesito que el viernes por la noche, hagas todo lo posible para que Anne salga de marcha.
- Y eso?
- Es que voy a ir a Zaragoza y le quiero dar una sorpresa.
- Vas a venir a Zaragoza?
- Sí, voy a ir. Por eso quiero que salgáis y naturalmente me digáis en qué sitio vais a estar. Y así de repente me presento.
- Joer, Patris! Hay que ver lo que eres capaz de hacer por Anne.
- La quiero con locura. La quiero volver a ver. Me ayudarás?
- Claro, claro. Vaya, ya tengo ganas de que llegue el viernes!
- Bueno, quedan dos días!
- Es verdad! Me estoy emocionando sólo con pensarlo.
- Sandra.
- Dime.
- Pero por favor, no le digas nada a Anne, vale?
- No, tranquila. Aunque espero que no se ponga cabezota y le de por decir que no sale porque quiere quedarse en casa para hablar contigo por el messenger.
- No, tranquila. Le diré que trabajo y que no me podré conectar. - Vale.

jueves, 24 de julio de 2008

Capítulo 11

Los días seguían pasando y la relación, aunque a distancia, funcionaba a las mil maravillas. Ahora ya no hablaban tanto por teléfono. Patri le dijo a Anne que se comprara unos cascos con micrófono para así poder hablar por el messenger. Y Anne se los compró. Prácticamente se pasaban toda la noche hablando por ahí.
- Esta tarde he entrado en el chat.
- Había mucha gente?
- Sí, más de la que me esperaba. Me he sorprendido.
- Alguna novedad?
- No ninguna, pero me lo he pasado bien. Me he reído mucho.
- Ah sí?
- Sí, sí. Es que ha entrado Demo con otro nick para gastarle una broma a La Guapi. Y tú ya sabes cómo es La Guapi no?
- Sí, ya sé cómo es. Tremenda!
- Sí, ha empezado a hacernos privados a todas, diciendo que había ligado. Y a todo eso, Demo en el messenger descojonándose de risa y diciéndome “les está haciendo un privado a todas, está emocionada”.
- Y lo estaba?
- Sí, sí. Porque anda que la Demo no lo hizo bien.
- No sé. A mí creo que no me hubiera engañado. La hubiera reconocido enseguida. Hay expresiones que no engañan.
- Patri, estoy segura que si entrara en el chat con otro nick, tú no me reconocerías.
- Jajaja, seguro que sí, cielo.
- Qué va, seguro que no me reconocerías.
- Qué te apuestas!
- Un beso?
- Jajaja, eso ha sido un golpe bajo, cielo.
- Te has enfadado?
- No, qué va! Vale un beso, pero con una condición. Si ganas tú, voy a dártelo a Zaragoza, pero si pierdes tú, vienes a dármelo a mi casa.
- Bueno, ya sabes lo que pasará. Que ganaré yo y tendrás que venir a Zaraguay!.
- Jajaja, creo que te equivocas. Vas a conocer una nueva ciudad en la costa mediterránea.
- No, no, no. Vas a venir tú y te llevaré a ver la Pilarica!
- Si ya la he visto. Pero bueno, si hay que ir se va, porque ir para nada es tontería.
- Jajaja, eso, eso, ven, ven.
- Bueno, entonces aceptas la apuesta?
- Sí, la acepto.
- Vale, entonces cuando lo hacemos?
- Esta noche. Ya verás cómo no me descubres.
- Ya lo veremos!
- No me vas a descubrir y chica tú vas a pagar.
- Jajaja, no creo que pague yo, lo harás tú.
Por la noche, Patris entró en el chat. Anne no estaba. Patris pensó en la apuesta e intuyó que Anne estaba en el chat pero con otro nick. Así que esperó a que se delatase.
Anne estaba en el chat y sonrió cuando vio que Patris había entrado. Estaba decidida a ganar la apuesta. Así que tramó su plan. Sabía que Patris era lista y que esperaría a que le hiciera un privado, así que no se lo hizo.
Patris tuvo una idea. Cogió el portátil y se conecto. Entró en el chat con otro nick. Estaba decidida a ganar la apuesta y sabía que su estrategia era la idónea. Anne no sospecharía nada. No se imaginaría de que utilizaría otro ordenador para conectarse en el chat y así estar en él con su nick de siempre y con el nuevo que había elegido: Andrea.
Anne esperaba a que Patris diera el primer paso. Pero Patris seguía hablando en la general. Pensó que tal vez esperaba que entrara. Así que siguió escondida a ver qué hacia Patris.
Patris siguió con su plan y a la media hora de estar con los dos nicks decidió provocar a Anne. Sabía perfectamente que Cenicienta era Anne. Así que sería fácil provocarla para que se descubriera poco a poco.
Patris le hizo un privado a Anne.
- Eres la del cuento o tienes mucho cuento?
- Tu que crees?
- Jejeje. Me lo dices tú?
- Anda ya!
- A ver, eres tío o tía?
- Tu que crees?
- Eres tío, fijo. A ninguna tía se le ocurriría ponerse de nick Cenicienta.
- Ah no?
- No, suena a cuento!
- A cuento?
- Sí, a cuento. Tú que buscas aquí. Sexo?
- Jajaja, sexo? Nooooo.
- Sí, seguro que eres un tío que se mete en los chats de lesbianas para hacerse pajillas.
- Oye, tú de qué vas?
- Te he descubierto eh!
- Vete a la mierda.
Anne estaba mosqueándose, así que decidió cerrar el privado. Entonces vio que en la general, Patris seguía hablando con Besi y con la Guapi. No podía decirle nada, porque si lo hacía se descubriría. Así que decidió seguir leyendo en la general. De repente vio que Andrea llenaba la general diciendo que “Cenicienta es un tío, Cenicienta es un tío”. Anne empezaba a mosquearse de verdad. Sobretodo cuando Andrea puso que le había pedido sexo cibernético.
Patris decidió hacer lo que siempre hacía cuando entraba gente a incordiar en el chat. Le dijo a Andrea:
- Oye este es un chat tranquilo, así que por favor, deja de incordiar a la gente. Si alguien te hace un privado y no quieres contestar, lo cierras y ya está. Pero no incordies en la general.
Anne decidió escribir en la general, para darle a Patris las gracias.
- Gracias por defenderme.
- No se merecen -le contestó-.
- Oye te importa si hablamos en privado?
Anne pensó que el momento había llegado. Iba a estar un ratito hablando con Patris en el privado y cuando estuviera convencida de que no la había reconocido, entonces decirle que había ganado la apuesta.
- Vale, pero estoy esperando que entre mi chica -le dijo Patris-.
Mientras le contestaba eso, en el portátil, Patris con el nick de Andrea seguía metiéndose con las chicas del chat. Era la única forma de no levantar sospechas en Anne. Anne seguía confiada. Pensaba que Patris no se había dado cuenta de quien era. Empezaron hablar en el privado.
- Así que estás esperando a tu chica?
- Sí. En cualquier momento entrará.
- Y hace mucho que es tu chica?
- Mira prefiero no hablar de esas cosas.
- Y entonces de qué quieres que hablemos? – le dijo Anne-.
- De cualquier tema menos de sexo.
- Vaya una tía pudorosa.
- No, cabal.
Estuvieron media hora hablando. Anne iba a decirle a Patris que la había engañado. De repente. Andrea le hizo un privado a Anne.
- Oye, sigues ahí?
- Qué coño quieres tío?
- De verdad quieres que te lo diga -le contestó Andrea-.
- Sí.
- Que te vengas a mi casa.
- De qué vas?
- Que te digo que te tienes que venir a mi casa.
- Estás mal de la perolaaa, jajaja.
- No estoy mal de la perola. Tú vas a venir a mi casa. Y me vas a besar.
- Ni en sueños, tío!!!
- No soy tío. Soy Patris y acabas de perder la apuesta. Así que te toca venir a descubrir un lugar precioso.
- No me jodas! Eres Patris?
- Sí, cielo. Lo soy.
Anne al leer la palabra cielo, supo que sí que lo era. Empezó a decirle a Patris que eso no valía. Que no valía de la forma que lo había hecho. Entrando con dos ordenadores en el chat. Patris le dijo que en la puesta no habían puesto condiciones y que lo único que habían dicho que la apuesta era si una era capaz de engañar a la otra. Y eso era lo que había conseguido ella. Anne remugó. Dijo que no valía y que no iba a pagar la apuesta. Patris le dijo que no era justo. Que ella había ganado la apuesta y que tenía que pagar. Así que tenía que ir a su casa a besarla.
- No, eso no vale!
- Sí que vale. Entraba dentro del juego.
- Te he dicho que no. Que no!!!
- Jajaja, te has enfadado porque has perdido, eh!
- No, no me he enfadado.
- Bueno, vas a pagar tu apuesta o qué?
- Jajaja. De eso se trata eh, de que vaya a pagar la apuesta.
- Claro, es lo que hay.
- No, no creo que lo haga.
- Sabes cielo, sabía que la iba a ganar yo. Que te iba a descubrir. Y así ha sido, así que tú vas a pagar, tú vas a pagarrrrr!!!!!
- Jajaja, nooooooooooooo.
- Jajaja, sí, sí, tú vas a pagar!
- Nooooooooooo.

miércoles, 23 de julio de 2008

Capítulo 10

Tal y como Anne había supuesto, sus amigas empezaron a preguntarle por Patris. Cómo se habían conocido. Anne les contó que hacía tiempo que tenía dudas de si le gustaban las chicas, así que un día decidió entrar en un chat de lesbianas. Al cabo de unos días, les explicó, conoció a Patris en el chat. Enseguida le llamó la atención su forma de escribir y de decir las cosas, así que le hizo un privado y empezaron a chatear. Que lo estuvieron haciendo durante varias horas y que después le pidió el teléfono y siguieron hablando durante varias horas más. Les explicó que nunca había sentido lo que estaba sintiendo y que hacía una semana que se habían conocido personalmente, que Patris había ido a verla a Castellón. Que le encantaba como era, que le encantaba su timidez y sobretodo la forma de decirle que la quería. También les contó que dos días después de conocerla en el chat le había escrito una poesía muy bonita. Y que esperaba que entendieran que el amor había surgido, que no lo buscaba pero que había pasado. Las amigas de Anne escuchaban atentamente y al mismo tiempo le hacían preguntas sin parar. No querían perderse detalles y Anne seguía hablando. Sin darse cuenta era noche cerrada y no habían cenado. Así que decidieron pedir unas pizzas y picar algo.
Anne se sentía bien consigo misma. Estaba contenta y feliz, porque sus amigas habían comprendido lo que sentía por ella. Nunca se había imaginado que iban a reaccionar así, ya que alguna vez habían hecho algún comentario absurdo sobre los homosexuales. El hecho de que sus amigas lo entendieran y la abrazaran fuertemente mostrándole así su apoyo, para ella significó mucho. Eran sus mejores amigas y ella estaba contenta de que lo fueran.
Anne no podía dejar de pensar en Patri. Recordaba el día que se conocieron. Y en especial cuando Patri le pidió el beso por tercera vez. Cuando cerró los ojos esperándolo y se quedó con las ganas de dárselo. Si pudiera volver atrás, seguro que ahora sí que se lo daría. Muchas veces, también, releía la poesía que le había escrito. Se la dio el día que se conocieron. Un papel de una asociación de fútbol sala, escrito a mano y en mayúsculas, y con algún tachón por el que se intuía que había cambiado alguna palabra por otra, pero lo suficiente tachado para no saber qué palabra era la que había decidido reemplazar. Sonreía una y otra vez. Sobretodo cuando recordaba su timidez. Cuando quería decir algo y después de decir el sabes se quedaba callada. Le gustaba esa timidez y sobretodo cómo le decía las cosas.
Sus amigas seguían y seguían preguntándole. Incluso alguna de ellas le dijo que si había sentido algo por alguna de ellas. Pero el principal tema de conversación seguía siendo Patris. Tenían ganas de llegar a Zaragoza para que Anne les enseñara su foto. Querían saber cómo era. Anne estaba encantada de que sus amigas se lo hubieran tomado tan bien, pero a veces se sentía un poco agobiada con tantas preguntas. En el fondo le gustaba que se interesaran porque nunca se había imaginado que se lo tomarían así. Patri seguía de vacaciones. Ya no estaba en Madrid. Se había ido con sus amigos a Alburquerque a pasar otra semana más y después volvería a casa y de nuevo al trabajo.
Pasaron los días y las semanas. Y poco a poco el amor iba creciendo. No podían pasar la una sin la otra, a pesar de no estar juntas. Cualquier momento era bueno para mandarse un mensaje, o darse un toque de teléfono para saber que la una estaba pensando en la otra.
Un día Anne sorprendió a Patri.
- Hola, qué haces?
- Pensar en ti, como siempre.
- Seguro?
- Lo dudas. Fíjate estaba escribiendo una crónica de baloncesto y ha salido Zaragoza, y adivina qué me ha venido a la cabeza.
- No sé, la Pilarica?
- Jajaja. La Pilarica? Sí, eso es, la Pilarica. A la virgen del Pilar yo le canto compañerooooooo.....
- Jajaja, eres única!
- Por qué dices eso?
- Porque siempre tienes alguna preparada.
- Ya sabes que me gusta cantar, bueno mejor dicho, destrozar canciones.
- Por cierto, nunca me has cantado.
- Claro, por qué iba hacerlo. Quieres desenamorarte de mí?
- Ah, es por eso! jajaja
- Claro, y de momento no quiero que te desamores de mí.
- Patris tengo que preguntarte algo.
- Anne qué serio ha sonado eso. Pasa algo?
- No, no pasa nada. Es sólo una pregunta.
- Uff, me había asustado. Bueno y es muy difícil? Lo digo por si no la sé.
- No, no es difícil. Sólo quiero que me respondas sinceramente.
- Ya sabes que siempre lo hago, cielo. Venga dispara.
- Tú serías capaz de dejarlo todo para venir a vivir a Zaragoza?
- Por qué me preguntas eso, cielo?
- Es que me gustaría saberlo.
- Sí, cielo, lo dejaría todo por irme a vivir contigo. Te puedo hacer yo a ti otra pregunta.
- Claro.
- Y tú lo harías?
- Pero tú lo harías.
- Vaya respondes una pregunta con otra pregunta. Por qué?
- Y ahora lo has hecho tú.
- Ya, ya lo sé. Mira, Anne, lo dejaría todo por estar contigo. Pero si analizamos las cosas hay que pensar un poco en ellas. Tengo trabajo fijo, casa y tú estás estudiando. No sé si me explico. Lo que te quiero decir, cielo, es que si lo que quieres es que vivamos juntas, puedes venirte tu aquí, sería más fácil no?
- Sí, sería más fácil. De todas formas era una pregunta tonta.
- Bueno, pero por qué me la has hecho?
- Porque mis amigas no paran de decirme tonterías y me dijeron que si estaba segura de que tú amor y que si realmente tú sentías lo mismo que yo.
- Y dudas lo que siento por ti?
- No, no lo dudo, pero me dijeron que te preguntara si serías capaz de dejarlo todo por amor.
- Y por eso me has preguntado?
- Sí, y porque quería saber cuando me quieres.
- Ya sabes que mucho y que intento demostrártelo de la mejor forma que sé. Por cierto, si me dejas, tengo un regalito para ti.
- Un regalito para mí?
- Sí, para ti. Cierra los ojos y escucha, cielo, a ver si te gusta.
Hablamos, reímos y me acaricias por dentro.
Soñamos, sentimos y me acaricias por dentro.
Lloramos, discutimos y me acaricias por dentro.Me acaricias por dentro,
qué sensación tan grata
notar como recorre por mi cuerpo
ese cosquilleo que me acaricia por dentro.
Me acaricias por dentro
y no lo sabes.
Me acaricias por dentro
y me lo callo.
Me acaricias por dentro.
Me acaricias por dentro.
Me gusta que me acaricies por dentro.
Ilusión, deseo, pasión
y me acaricias por dentro.
Timidez, palabras y la expresión
me acaricias por dentro.
Sueño contigo y me acaricias por dentro.
Suena el teléfono y me acaricias por dentro
Recibo un mensaje y me acaricias por dentro.
Me acaricias, me acaricias, me acaricias por dentro.
No son simples palabras
esto son hechos
que es verdad
que tú, me acaricias por dentro.
Difícil de explicar por qué
pero tan fácil es
que me acaricias por dentro.
Me acaricias por dentro
y me encanta.
Me acaricias por dentro
y me basta.
Me acaricias por dentro
y me siento bien
me acaricias por dentro
y no sé por qué es.
Me acaricias por dentro
qué más puedo decir
si cada vez que hablo contigo
es mi sentir.
Me acaricias por dentro
me gusta esa sensación,
sentir ese cosquilleo
que llega hasta mi corazón.
Me acaricias por dentro.
Me acaricias por dentro.
Y no lo dudes nunca
que tú, me acaricias por dentro.

Anne tenía los ojos cerrados. Y cuando terminó de leerle la poesías. Le dijo a Patri.
- Es preciosa.
- La he escrito para ti.
- Gracias. Me ha encantado. Sabes me encanta como escribes y sobretodo cómo me lees las poesías.
- Bueno ya te he dicho que con las palabras intento expresar lo que siento.
- Eres encantadora.
- No sé, no sé. Tú estás segura?
- Sí, lo estoy. Cada momento me lo demuestras.
- No sé si te lo demuestro o no, pero es lo que me provocas hacer. - Sí, me lo demuestras siempre.

Capítulo 9

Siguieron un rato hablando y al final se despidieron. Pasaron un par de días. Los padres de Anne se volvían a Zaragoza y ella esperaba a sus amigas.
- Hola cielo, qué tal has pasado el día?
- Hola, bien echada en la cama y pensando.
- Pensando, y qué pensabas cielo?
- Que mañana llegan mis amigas y no voy a poder hablar contigo tanto. Ellas no saben que entiendo y si me ven hablar mucho por teléfono empezarán el interrogatorio.
- Vaya así que no podré hablar contigo como hasta ahora?
- No, no podremos hablar tanto, pero hablaremos.
- Vaya, bueno, si es lo que quieres, no habrá más remedio que aceptarlo.
- Patris, no te enfades, tienes que entenderlo.
- No me enfado, cielo, lo entiendo.
- Cielo, para mí también será duro.
- Y cuando podré llamarte?
- Te llamaré yo o te haré una perdida, vale?
- Sí cielo, como tú digas.
En los dos días posteriores Patris no supo nada de Anne. Respetó lo que le había dicho, que cuando pudieran hablar, ella la llamaría o le haría una llamada perdida. Y no lo había hecho.
Patris estaba triste. Pensaba qué estaría haciendo Anne. Seguramente divirtiéndose con sus amigas. Y claro mientras estuviera con ellas, no podrían hablar como lo habían estado haciendo hasta entonces.
Al tercer día, por fin recibió una llamada de Anne. Su cara al ver su nombre en el móvil se iluminó y una gran sonrisa le brotó de su boca.
- Hola, cómo estás?
- Hola, cielo, muy bien y tú?
- Bien, echada en la cama.
- Y tus amigas, no han llegado?
- Sí esta mañana. Se han ido a la playa así que he aprovechado para llamarte. Tenía ganas de hablar contigo, vida.
- Ya, pues vamos aprovechar ahora que no están.
- Sabes no paro de pensar en ti.
- Yo también cielo, lo hago a todas horas y me tengo que contener para no llamarte.
- Y yo, pero es que están mis amigas, lo entiendes verdad?
- Sí, lo entiendo. Sabes...
- Qué?
- Me conformo con hablar contigo, me gustaría hacerlo durante horas, pero bueno si no puede ser, qué le vamos hacer!
Siguieron hablando durante media hora y Anne le dijo a Patris:
- Te tengo que dejar, han llamado al timbre, seguro que son ellas. Cuando pueda te hago una perdida para hablar contigo, vale?
- Tan pronto? Bueno, cielo, vale. Qué lo pases bien, hasta lueguito.
Dos horas más tarde, Anne volvió a hacerle una perdida a Patris.
- Hola cielo!
- Hola, vida, qué sorpresa, no esperaba que me hicieras la perdida ahora. Se han ido tus amigas.
- No, no se han ido, están aquí.
- Y me llamas estando ellas?
- Sí, espera un segundo vale, te voy a dar una sorpresa.
- Una sorpresa?
- Sí, espera. Bueno te paso a Sandra.
- Cómo que me pasas a Sandra? Y eso?
- Es que lo he estado pensando y les he dicho a mis amigas que entiendo y que no he ido a la playa con ellas porque quería hablar contigo. Que eres un encanto y que quiero que te conozcan.
- Se lo has dicho?
- Sí, cielo, quiero que sepan que te quiero, que estoy enamorada de ti. Qué me importas y que necesito hablar contigo. Y así no me bombardearan con preguntas cuando me vean pegada al teléfono.
- Sí, sí que es una sorpresa. Gracias vida.
- No me des las gracias. Bueno te paso a Sandra, vale?
- Bueno como quieras.
- Hola, soy Sandra.
- Hola, qué tal?
- Vaya vaya, así que tú eres la chica de la que Anne está enamorada?
- Bueno, creo que esa soy yo. Y qué piensas de lo de Anne?
- Me ha sorprendido mucho, la verdad, no me lo esperaba. Creo que nos hemos quedado todas de piedra.
- Es normal. Sabes sé que ha hecho un esfuerzo para deciros que entiende y también por decir que está conmigo.
- Lo sabemos, al principio pensaba que nos estaba tomando el pelo y que hablaba con un chico, pero al oír tu voz, me he dado cuenta de que nos decía la verdad. Oye espera que Alicia quiere también hablar contigo.
- Vaya vais a hablar todas conmigo?
- Jajajaja, sí, te parece bien?
- Sí, me parece bien. Aunque sabes y no se lo digas a las demás, pero ya tengo ganas de volver ha hablar con Anne. Espero que no te moleste.
- No, no me molesta. Bueno te paso a Ali.
- Hola, así que tú eres la chica!
- Sí, soy yo.
- Jajajaja.
- Oye te estás burlando o qué?
- Perdona, no me burlo es que creía que era una broma de ella, como siempre nos hace alguna.
- Pues ya ves, creo que no es broma.
- Ya lo veo. Oye y a ti te gusta Anne?
- Sí, con locura.
Después de Ali, Patris siguió hablando con María y Angi. Todas le hicieron preguntas y más preguntas a las que ella fue contestando.
- Oye, dejarme el teléfono que hable con ella –dijo Anne-.
- Cielo, qué vergüenza, tus amigas me han bombardeado a preguntas.
- Jajajaja, ves como lo que te decía era verdad.
- Cielo, te puedo preguntar algo?
- Sí, claro, pregunta.
- Por qué lo ha hecho?
- Porque no podía aguantar más. Necesitaba decírselo, además no quiero dejar de hablar contigo. Y así sino voy a la playa con ellas o si voy y estoy enganchada al teléfono sabrán que estoy hablando contigo.
- Gracias cielo por haberlo hecho. Sé que para ti habrá sido difícil.
- Sí que lo ha sido, no sabía cómo decírselo. Pero me han preguntado por qué no iba con ellas y por qué a veces me encerraba en el cuarto para hablar por teléfono. Me interrogaban y me decía, qué te has echado novio?
- Y tú qué les has dicho?
- Que no, que no me había echado novio, que me había echado una novia.
- Una novia?
- Sí.
- O sea, que quieres que yo sea tu novia?
- Sí, tú no lo quieres ser?
- Sí, claro, dónde hay que firmar. Si vida, es lo que quiero, ser tu novia y algún día, poder ser compartir mi vida contigo, vivir contigo para envejecer juntas. Aunque ya sabes, tendrás que cargar con una vieja, cuando aun no lo seas tú.
- Jajaja, que tonta eres. Te quiero.
- Anne, sabes, yo no te quiero.
- Qué dices, no me quieres?
- No, no te quiero, te amo con locura.
- Eres un encanto, por eso me he enamorado de ti.
- Bueno, no sé si será por eso, cielo. Pero me encanta que me lo digas.
- Bueno, vida, ahora tengo que dejarte, que me están diciendo que corte. Seguro que quieren seguir con el interrogatorio.
- Vale mi amor, ya me cuentas los detalles luego, vale?
- Sí, ya te contaré. Te volveré hacer una perdida, porque no he recargado el móvil. - Cielo, tranquila, tú hazme la perdida, que no me importa llamarte.

martes, 22 de julio de 2008

Capítulo 8

Era la hora de comer y Patris le dijo a Anne si tenía hambre. Ésta le dijo que sí y entraron en un restaurante de la playa. Tras ver la carta pidieron. Patris pidió por las dos. Sabía lo que le gustaba a Anne. Durante la comida siguieron hablando y riéndose. Terminaron de comer y Patris pidió la cuenta. Anne le dijo que lo pagaban entre las dos, pero Patris le contestó que no, que ella la invitaba. Salieron del restaurante y caminaron un rato por el paseo. Anne se paró delante de un banco y se ató su zapatilla. Patris se quedó mirándola mientras esbozaba una sonrisa. Anne levantó la vista y miró a los ojos a Patris. De repente se puso muy roja y enseguida apartó sus ojos de los de Patris. Siguieron caminando un buen rato.
- Anne qué te apetece que hagamos ahora?
- Lo que tú quieras.
- A mí me da igual, no sé. Quieres que vayamos a ver una peli?
- Vale, me encanta el cine.
- Bueno pues vamos a averiguar dónde hay uno.
Preguntaron a un matrimonio que se encontraron, que les explicó que siguiendo recto había uno, pero que dos calles más abajo a la derecha había una sala multicines. Fueron al primero. Hacían “Pear Harbor” pero la película empezaba a las cinco y media y eran las cuatro. Entonces decidieron ir a la sala multicines, para ver qué ponían. Llegaron y miraron la cartelera. Sí, la ponían pero ya había empezado y la siguiente sesión era a las seis. Así que buscaron otra película. Estaba en la cartelera la última película de Jennifer López “Planes de boda” y decidieron entrar a verla. En la sala tan sólo había una pareja de novios que estaban sentados en las primeras filas. Ellas decidieron sentarse en las últimas. Empezó la película y Patris no dejaba de mirar a Anne. No lo podía evitar, la observaba.
- Patris, me estás poniendo nerviosa!
- Por qué?
- Porque no haces nada más que mirarme.
- Perdona, pero no lo puedo evitar. Es que aun no me lo creo. No me creo que esté aquí en el cine viendo una película contigo.
- Jajaja, eso de viéndola no es verdad, porque lleva la peli cinco minutos y creo que aun no las has mirado.
- Jajaja, tienes razón, pero es que no puedo apartar mis ojos de ti.
Patris hizo un esfuerzo y se puso a mirar la película. Al cabo de unos minutos acercó su mano a la pierna de Anne, aunque apenas la rozaba. Patris sintió un impulso y empezó a acariciarla, lentamente, subiendo poco a poco hasta el brazo para después acariciarle el cuello. Se armó de valor, después de pensárselo un par de segundos al fin dijo:
- Anne, me quieres dar un beso?
Anne sonrió y le dijo que no. Patris se quedó parada, notó como se ponía muy roja. Se separó de Anne y siguió viendo la peli. Al cabo un cuarto de hora, llegó la segunda intentona. Y de nuevo la respuesta de Anne fue la misma. Cuando la película estaba llegando a su fin, Patris volvió a acariciar el brazo de Anne, subió su mano hasta su cuello, le cogió de la barbilla y le giró suavemente la cara hasta que sus bocas se quedaron apenas a tres centímetros. Anne cerró los ojos esperando el beso, un beso que deseaba tanto como Patris.
- Anne, me quieres dar un beso?
Anne giró bruscamente la cara y mirando a la pantalla fijamente le dijo:
- No y no me lo vuelvas a pedir más que me enfado.
Patris no entendía la respuesta tan seca de Anne. Pensaba, mejor dicho estaba muy segura de que Anne también quería besarla, pero por qué no lo había hecho. Cinco minutos más tarde terminó la película. Encendieron las luces del cine, se levantaron y salieron. Ninguna de las dos hablaba. Patris no estaba bien. Sentía que había hecho el ridículo y pedía para sus adentros que la tierra se la tragara. Salieron del cine, Patris iba delante y Anne detrás. Patris abrió el coche y cuando Anne iba a montar en él le dijo:
- Imagino que querrás que te lleve a casa.
- No seas tonta, por qué voy a querer que me lleves a casa?
- Bueno, Anne, perdona, creo que no debía haberte pedido el beso. Lo siento.
- La verdad Patris es que no tenías que habérmelo pedido.
Patris no había escuchado el comentario de Anne, se había metido dentro del coche, estaba muy nerviosa.
- Bueno, dónde quieres que vayamos ahora?
- Sé qué hay un parque que tiene un estanque en el que hay cisnes y patos, te apetece preguntamos dónde está y vayamos allí, y así seguimos hablando?
- Vale como quieras.
Patris sintió un alivio al ver que Anne no estaba enfadada y que aun quería seguir un rato más con ella. Aparcó el coche enfrente del parque y cuando se bajó de él, Anne le dijo:
- Sabes Patris, ahora podríamos estar las dos subidas en el ascensor de este edificio.
Patris se quedó pensativa, no sabía porqué, bueno sí que lo sabía, pero no entendía por qué Anne le decía eso, si cuando le pidió el beso se enfadó y le dijo que no se lo volviera a pedir.
Entraron en el parque y dieron una vuelta. Vieron los cisnes y los patos. También una fuente que había al otro lado del estanque. Después se sentaron en un banco y empezaron hablar. Hablaron y hablaron durante un par de horas. Eran las ocho y media y Anne tenía que volver a casa. Se montaron en el coche y se fueron. Patris aparcó dos calles antes de llegar a la de Anne. Se dieron dos besos y se despidieron.
- Gracias, me lo he pasado muy bien –dijo Anne-.
- Yo también. Se me ha pasado el tiempo volando. Me gustaría que no terminara nunca y que pudiéramos estar más tiempo hablando.
- A mí también, pero le he dicho a mi madre que a las nueve estaría de vuelta y ya casi son las nueve.
- Bueno, cielo, me ha encantado conocerte.
- Y a mí también. Conduce con cuidado vale?
- Sí tranquila, lo haré, soy muy prudente en la carretera.
- Patris cuando llegues al peaje de Valencia me das un toque vale?
- Vale, quédate tranquila.
Estuvieron cinco minutos más hablando dentro del coche. Ninguna de las dos quería despedirse, pero la hora había llegado. Se dieron dos besos más. Anne bajó del coche y Patris se quedó mirándola hasta que la vio desaparecer por la esquina. Después arrancó y puso rumbo a casa. Al llegar al peaje de Valencia, Patris la llamó.
- Hola cielo, ya estoy en el peaje de Valencia.
- No hacía falta que me llamaras, tan sólo con hacerme una perdida hubiera bastado.
- Ya pero es que no lo puedo evitar, me encanta hablar contigo.
- Y a mí. Patris eres tonta y ahora lo digo muy en serio.
- Tonta por qué dices eso?
- Ya te lo diré cuando llegues a casa, vale?
- Bueno, como quieras.
Del peaje de Valencia hasta el peaje de Ondara, Patris no paraba de darle vueltas a la cabeza. Por qué le había dicho Anne que era tonta. Pensó que ya se lo diría cuando llegara a casa y la llamara para hablar con ella. Durante el trayecto recordó los ojos de Anne, su mirada, su sonrisa. Recordó el instante en el que Anne se ataba la zapatilla y cómo se había puesto roja como un tomate. También el ridículo que había hecho en el cine y cómo había salido disparada de él mirando el suelo, sin apenas levantar la cabeza y pensando que Anne le habría dicho que la llevara a casa. Pero sonrió cuando recordó que le dijo que no, que fueran a dar una vuelta por el parque.
Llegó a casa. Subió los escalones de dos en dos, abrió la puerta. Puso su mochila encima de la mesa del comedor y se sentó en el sofá. Cogió el móvil y llamó a Anne.
- Hola cielo, ya estoy en casa.
- Ya estás en casa?
- Sí, sentadita en el sofá y hablando contigo. Anne, gracias.
- Por qué me das las gracias?
- Por haberme dejado compartir este día contigo. Sabes....
- Qué?
- No nada, da igual.
- No seas tonta, dime.
- Si es una tonería, de veras.
- Pues dímela. Dime qué querías decirme.
- Es que no sé cómo decírtelo.
- El qué?
- Bueno que lo siento. Siento haberte pedido el beso y que te enfadaras por pedírtelo. Cuando hemos salido del cine quería que la tierra me tragase. Pensaba que ibas a decirme que te llevara a casa y me ha sorprendido la verdad el que quisieras seguir un rato más conmigo.
- Patris, eres tonta, eres tonta.
- Ya eso me lo has dicho con esta tres veces hoy.
- Es que lo eres, mujer!
- Bueno, si tu lo dices, lo seré.
- Y no quieres saber porqué lo eres?
- Bueno, sí dímelo.
- Por qué en vez de pedirme el beso no me has besado?
- Bueno... ya sabes, te he dicho muchas veces que te lo pediría.
- Pero si sabías perfectamente que si me lo pedías no te lo iba a dar. Te acuerdas lo que te he dicho cuando hemos parado enfrente del parque?
- Sí, perfectamente. Que podríamos estar subidas en el ascensor.
- Y no te has parado a pensar por qué te he dicho eso?
- La verdad, es que viniendo para casa le he estado dando vueltas a la cabeza.
- Porque nos hemos quedado las dos con ganas de hacerlo. Deseaba con toda mi alma que me besaras. Me he estremecido cuando me has acariciado el brazo, cuando me has acariciado el cuello, que ha aumentado cuando me has cogido la barbilla. No sé si te has dado cuenta o no, pero he cerrado los ojos esperando el beso.
- No, no me he dado cuenta. Estaba muy nerviosa, iba a besarte sin preguntártelo pero como me habías dicho dos veces que no, pensé que igual si te besaba te enfadabas y saldrías del cine pitando.
- Pues no, no hubiera salido del cine pitando. Me hubiera quedado a tu lado, besándote. Era lo que más deseaba en ese momento.
- Y por qué me has dicho que no, si las dos lo deseábamos?
- Recuerdas lo que siempre te he dicho, que si me lo pedías aunque me muriera de ganas no te lo iba a dar, y eso es lo que he hecho.
- Ya... pero....
- Por eso te he dicho eso cuando has aparcado el coche.
- Joer, joer, que tonta soy. No cambiaré nunca.
- No quiero que cambies nunca, bueno tan sólo tienes que cambiar una cosa. Cuando quieras dar un beso lo das y no lo pidas. Así seguro que no te lo perderás.
- Anne...
- Sí, dime.
- Te puedo preguntar una cosa?
- Claro, mujer, ya lo sabes.
- Te arrepientes de haberme conocido?
- Por qué dices eso? Cómo me voy arrepentir, si me ha encantado conocerte. Eres tal y como te imaginaba, me has hablado de la misma forma que lo haces cuando hablamos por teléfono y me has gustado. Y tú te arrepientes?
- No, nunca me voy arrepentir de haberte conocido. Además he descubierto que los sentimientos que sentía hacia a ti son verdaderos. Te quiero Anne.
- Yo también, tontaina. Joer, por qué me has tenido que pedir el beso?
- No me digas eso, por fa, que mierda! Sino fuera tan tímida, y te lo hubiera dado...
- Me habría encantado y además hubieras subido por primera vez en ascensor.
- Sí, la próxima vez será. Porque si tu quieres, me gustaría volver a verte otro día. - Claro que quiero, tanto o más que tú.

Capítulo 7

La alarma del móvil le sonó a Patris. Se levantó, hizo la cama, se duchó, desayunó cogió el coche y fue a la gasolinera. Estando allí, sonó su móvil. Miró quien era y sonrió.
- Buenos días, cielo, qué tal?
- Muy bien, y tú. Sabes me ha costado dormir, estaba nerviosa.
- A mí también, cielo.
- A qué hora sales?
- Ahora mismo, nada más terminen de ponerle gasolina al coche.
- Cuanto tiempo tardarás en llegar?
- No sé, cielo, creo que dos horas y cuarto más o menos.
- Patris, cuando llegues al peaje de Valencia me haces una perdida para que sepa que estás bien?
- Sí, claro, cielo. Pero no seas tonta que no me va a pasar nada. Pero bueno, si quieres, cuando pague el peaje te llamo para que estés tranquila.
- Sí, hazlo y cuando llegues al peaje de Castellón también. Y así cuando me llames del peaje de Castellón salgo de mi casa.
- Oye, Anne, y dónde nos vemos?
- He pensado que en la puerta del campo de fútbol, tú sabes donde está no?
- Sí, más o menos. De todas formas no te preocupes, cielo que sino lo encuentro llamaré a la policía para que me lleve a ti.
- Jajajaja, qué tonta eres, seguro que eres capaz de hacerlo.
- Jajaja, no lo dudes, jajajaja. Bueno, no sé si me acuerdo dónde está, porque como siempre que he ido ha sido en autobús no me fijaba mucho, pero de todas formas, voy a llamar a un amigo para que me diga exactamente por dónde tengo que salir para no perderme.
- Vale, como quieras.
Patris llamó a su amigo, y le dijo que había dos salidas de autopista y que dependiendo de a dónde iba tenía que tomar una u otra. Patris le explicó que iba al lado del campo de fútbol y su amigo le dijo que salida tenía que tomar. Tras terminar la conversación, Patris se montó en el coche y puso rumbo a su destino. Un destino que le iba a llevar a conocer a la chica de la que estaba completamente enamorada. Antes de llegar al peaje de Valencia, a Patris le asaltaron las dudas. Y si llegaba allí y Anne no aparecía? Y si no le gustaba a Anne. Y si a ella no le gustaba Anne. Intentó no pensar en ello y subió la radio. Ya estaba en el peaje de Valencia. Pagó la autopista y llamó a Anne.
- Hola cielo, ya estoy en el peaje de Valencia. Así que en una horita más o menos, estaré ahí.
- Hola, vale, pero no corras eh, ten cuidado. Que si tardas media hora más no me importa. Conduce con cuidado, vale?
- Anne, cielo, tranquila, que no pasará nada, conduciré con cuidado.
- Uff, es que estoy muy nerviosa.
- Yo también cielo. Bueno, hasta dentro de un ratito, vida.
- Hasta luego y conduce con cuidado.
Patris siguió por la autovía en dirección a Castellón. Una hora más tarde, ya estaba en el peaje de Castellón. Se arrimó a un lado y llamó a Anne.
- Ya estoy en la salida de la autopista. En diez minutos, sino me pierdo, estaré en la puerta del campo de fútbol.
- Vale pues ya voy para allá.
Patris encontró el campo de fútbol enseguida. Su amigo le había indicado perfectamente su ubicación y en menos de cinco minutos ya estaba en la puerta. Aparcó el coche y vio a una chica en una de las puertas del campo. Estaba muy nerviosa. Por un momento pensó que qué estaba haciendo ahí y que si valía la pena. La chica al ver el coche se acercó. A medida que iba acercándose la chica al coche, Patris dejó de pensar en tonterías. Cuando la chica estaba a cinco metros del coche, reconoció a Anne y empezó a sonreír al mismo tiempo que notaba como se ponía roja. Anne también estaba nerviosa. Las piernas le flaqueaban pero ella seguía hacia el coche. Patris salió del coche y se saludaron. Se dieron dos besos y las dos subieron al coche. Una vez dentro se quedaron las dos calladas mirándose. Las dos estaban rojas. Durante unos minutos no hablaron. Anne rompió el silencio y dijo:
- Qué tal el viaje?
- Bien, gracias. Dónde quieres que vayamos?
- No sé, donde tú digas.
- Si yo no conozco Castellón, cielo. Tú dime por dónde tengo que ir y vamos.
- No sé.
Patris puso el coche en marcha y a doscientos metros aun no sabían donde ir. Había una rotonda y Patris empezó a darle vueltas. Anne empezó a reírse y le dijo:
- Qué haces?
- Bueno, mientras pensamos a dónde vamos, le doy vueltas a la rotonda, así seguro que no me equivoco de calle.
- Jajaja, qué graciosa eres. Te apetece que vayamos a Benicàssim?
- Dónde tú quieras, a mí me da igual, cielo. Pues vamos a Benicàssim.
Buscó los paneles indicadores y cogieron la carretera a Benicàssim. Nada más llegar al pueblo aparcaron el coche y se fueron a un bar a tomarse un refresco. Se sentaron en la terraza del bar y le pidieron al camarero las bebidas. Patris no podía dejar de mirar a Anne, era más guapa que en la foto. Anne apenas podía mirar a los ojos a Patris, estaba nerviosa. Patris cogió el teléfono e hizo una llamada. El teléfono de Anne sonó.
- Qué haces?
- Bueno es que ya veo que nos cuesta más hablar cara a cara que por teléfono así que he pensado que era mejor llamarte.
- Jajajaja, qué tonta eres. Pero me encantan tus tonterías.
- Sabes....
- Qué?
- Eres más guapa en persona que en la foto.
Anne colgó el teléfono. Y Patris se quedó parada, no sabía porqué había colgado el teléfono. Anne se quedó mirando a Patris y le dijo:
- No crees que es una tontería que estando aquí las dos hablemos por teléfono.
Patris asintió con la cabeza. Y poco a poco la vergüenza fue desapareciendo y empezaron hablar con la misma fluidez que como lo hacían por teléfono. Después de tomarse los refrescos preguntaron por dónde quedaba el paseo marítimo y se fueron a pasear por la playa.

Lo prometido es deuda

Lo prometido es deuda. Ya estoy en casa y como os dije nada más termine de escribir esto os pondré el capítulo 7, el que desvela qué sucedió en el encuentro.

He vuelto de Roma y lo he hecho con aires renovados. He decidido no darle vueltas al tema de "mi amor". Hay que pasar página y echar para adelante. Y que salga el sol por antequera o por donde narices le de la gana. Sí, es lo mejor. Y es lo mejor para mí.

Bueno, ahi val capítulo tan esperado!!!!

P.D.: Espero que no os quedéis despagadas!!!!!!

viernes, 18 de julio de 2008

Historia, ruinas y cual sera nuestro legado?

Sigo en Roma. Hoy he ido a ver lo que mas me interesaba, el coliseo, el foro romano... Las ruinas de la antigua Roma. Restos que te dicen como fue en aquella epoca. Como se vivio. Y viendolas me he parado a pensar un segundo. Cual va a ser nuestro legado? Que dejaremos para que dentro de mil anyos se acuerden de nosotros. La verdad es que no lo se. No creo que dejemos demasiadas cosas importantes. Tal vez pinturas, algunas esculturas. Pero y edificios, y la historia? Bueno, si, la historia cibernetica. Los ordenadores de hace 20 anyos, los moviles de hace 10 que parecian ladrillos. Las cafeteras, las tostadoras.... Pero todo eso evolucionara. Pero ninguna de esas cosas sera como los que nos dejaron los romanos, griegos, moros. Nada tendra que ver con el coliseo romano, ni con el foro, ni con la Alhambra, ni con la mezquita de Cordoba. Que les dejaremos, Benidorm? Edificios muy altos? Que seguramente dentro de 20 anyos estaran ya la gran mayoria en ruina. Porque si nos paramos a pensar, ahora ya no se construye como antes. Entonces si que se construia bien y la prueba esta en como han perdurado las construcciones durante los siglos de los siglos. Pero los edificios de ahora, se agrietan. Construyen unos pisos al lado de los nuestros, o hacen escabaciones y adios!, aparecen las grietas. Y si te descuidas te cae el techo encima.
Tal vez esta reflexion es una tonteria. Pero mirando y observando con la boca medio abierta esas ruinas, el museo del campitolio, donde estaban los cesares, los senadores, centenares y centenares de bustos de marmol, de piedra, de hierro, de madera, me ha hecho pensar. Nosotros dejaremos un legado tan asombroso como ese? Estoy convencida de que no. Es imposible. Y sera una lastima.
Lo bueno, es que dentro de otros 1.000 anyos, seguira existiendo el coliseo, el foro...

Besitos desde Roma

miércoles, 16 de julio de 2008

Desde Roma con amor!!!

Hola a todas y en especial a Tanais y El deseo, que sé que se han quedado con las ganas de saber que pasa, como continua la historia. Bueno, tranquilas chicas que el dia 28 ya estoy de vuelta y sino me quedo en Valencia y me voy a casa, prometo nada mas deshacer la maleta, poneros dos capitulos mas.

Hoy es mi segundo dia en Roma. Ayer llegué a las 11 y a las 11.30 ya estaba montada en una moto, con mi primo Maximo dando una vuelta por Roma. Me recordò a la peli Vacaciones en Roma, aunque yo no iba en vespa sino en una honda.

Bueno, que mi primer dia ha sido magnifico. Y hoy voy a por el segundo.

Besitos desde Roma!!!

Ciao, amore

lunes, 14 de julio de 2008

Dos capítulos más antes de irme a Roma

Acabo de llegar a casa. Las fiestas ya se han acabado. Y bueno, me he conectado para dejaros dos capítulos más de mi novela. Me voy de vacaciones a Roma y por lo tanto durante mi estancia en la capital italiana no podré poneros más capítulos. De todas formas, intentaré conectarme para leer vuestros blogs y dejar mi opinión en ellos.

P.D.: A mis lectoras. Me alegro de que os guste la historia. Tanais, tú juegas con ventaja, ya conoces la historia y sabes cómo acaba. Pero igual te sorprendo.... No sé, no sé. El deseo, gracias por lo que dices de mí. Eres un encanto.

Capítulo 6

Poco a poco pasaron los días y ya quedaba poco para que llegara el día de conocerse. Patris llamó a Anne como siempre.
- Hola cielo, qué tal estás?
- Bien y tú? Has tenido mucho trabajo hoy?
- Sí como siempre, he ido muy liada. Anne había pensado que si quieres, podemos vernos en Valencia. Podrías ir en tren desde Castellón a Valencia y allí iría yo a recogerte, así podríamos pasar el día allí. Te parece bien?
- Sí, es buena idea. Aunque no sé cómo lo tengo que hacer para que mi madre no se entere.
- Dile que te vas todo el día a la playa. Te llevas la toalla y ya está.
- Bueno ya le diré algo. Le diré que he quedado con mis amigos de Valencia.
- Con tus amigos de Valencia?
- Sí, es que cuando vienen mis amigas a Castellón un día nos vamos a Valencia porque tenemos amigos allí.
- Vale, perfecto. Sabes...
- Qué?
- Tan sólo falta una semana para que nos conozcamos.
- Sí, ya queda poco.
- Anne, igual te parece una tontería pero....
- El qué?
- Te iba a decir que si tienes ganas de conocerme.
- Claro, tonta, tengo muchas ganas.
- Yo también, uff, no sabes cuantas.
Siguieron hablando durante cuatro horas más y después se despidieron. A la mañana siguiente Patris nada más despertarse le envió un sms a Anne para darle los buenos días. Ya era un costumbre para ella.
El sábado antes de conocerse, Anne llamó a Patris. La llamada le sorprendió.
- Hola qué tal?
- Muy bien, trabajando. Anne estás bien, ha pasado algo?
- Sí, sí, estoy bien. Bueno no ha pasado nada, lo único es que he discutido con mi madre, como siempre.
- Y por qué has discutido con tu madre? Qué ha pasado?
- Pues por lo de siempre. Quería que le acompañara a la playa y le he dicho que prefería quedarme en el apartamento.
- Y por eso has discutido con tu madre?
- Es que me ha dicho que fuera y le he dicho que no quería ir a la playa, que prefería quedarme en casa. Joer, es que si voy a la playa no puedo hablar contigo porque ella está delante y si me ve mucho con el móvil se enfada.
- O sea, que no quieres ir a la playa para poder hablar conmigo?
- Sí, sí, sí. Pero eso no ha sido lo malo. Sabes que ayer te comenté que le dije lo de ir a Valencia? Pues me ha dicho que me olvide de ir a Valencia mañana.
- No vas a ir Valencia? Joer, joer, joer.
- Eso digo yo, joer. Y ahora qué vamos hacer? No nos podremos conocer?
- Bueno, si Mahoma no va al a montaña, la montaña irá a Mahoma. Cogeré mi coche y en vez de ir a Valencia iré a Castellón directamente y pasaremos el día allí. Te parece bien?
- Vendrás a Castellón. Quieres venir con tu coche a Castellón?
- Claro qué más da ciento y pico kilómetros más? No me importa, lo único que me importa es conocerte y es lo que voy hacer mañana, cielo.
- Guay, gracias.
- Te puedo pedir una cosa, Anne?
- Sí, claro, lo que quieras.
- Por favor no hagas enfadar a tu madre, no vaya a ser que mañana te castigue y te obligue a quedarte en casa.
- Tranquila, no la cabrearé. Espero que no me pique mucho, porque sino, igual pierdo los nervios, y le contesto.
- Pues muérdete la lengua, Anne, por fa, para que no te castigue, porque si lo hace no nos podremos ver.
- Vale, lo haré, quédate tranquila.
Se pasaron dos horas más hablando. Era la hora de comer y tenían que dejar de hablar. Pero después de comer, Anne le hizo una perdida a Patris para que la llamase. Se pasaron toda la tarde hablando. Y hacia las nueve, a Patris se le acabó la batería. Pidió un móvil a un amigo y llamó a Anne.
- Perdona cielo, pero es que el móvil se ha muerto, quiero decir que me he quedado sin batería. Le he pedido a un amigo que me dejara el suyo para poder hablar contigo. Ahora voy a casa y te llamo, vale? Tardaré diez minutos.
- Tranquila, no hace falta, ya hablamos más tarde. Sigue viendo los partidos de fútbol sala. Que seguro que no has visto ninguno entero y así después cómo vas a hacer la crónica?
- Jajaja, la verdad es que los estaba viento pero como si no lo hiciera. De todas formas, ya estoy oficialmente de vacaciones y no tengo que hacer la crónica del campeonato.
- Jajaja, ya lo sé.
- Voy a casa y te llamo vale, que mi amigo me está diciendo que corte.
- Jajaja, vale, como quieras.
- Oye, ya lo sabes, no?
- El qué?
- Que te quiero. Patris cogió el coche y se fue a su casa. Cuando llegó puso el móvil a cargar y al minuto de estar cargándose, llamó de nuevo a Anne. Siguieron hablando hasta las tres y media de la mañana. A esa hora, Anne le dijo a Patris que era mejor dejarlo ya, porque tenía que descansar porque sino tendría sueño para viajar. Se despidieron. A las dos les costó conciliar el sueño. Estaban nerviosas porque en unas horas se iban a conocer por fin.

Capítulo 5

Cuando estaba acostada Patris cogió el móvil y le envió un sms a Anne:
“Eres un encanto. Gracias por lo que me haces sentir”.
Anne acababa de coger el móvil para enviarle un sms a Patris cuando recibió su mensaje. Lo leyó y sonrió, y no dudó en responderle:
“No me des las gracias porque no tienes porque dármelas. Te las tengo que dar yo a ti por haberme escrito la poesía y por lo que también me haces sentir”.
Patris no pudo resistir la tentación y en vez de contestar el sms la llamó.
- Hola, perdona que te vuelva a llamar, pero antes de dormirme necesitaba volver a escuchar tu voz.
- Hola, no puedo hablar alto porque mis padres están durmiendo en la habitación de al lado.
- Te ha molestado que te haya vuelto a llamar?
- No digas tonterías ya sabes que me encanta hablar contigo.
- Sabes....
- Jajaja, me encanta cuando dices sabes y te quedas callada. Qué?
- Cuando te he escuchado susurrándome, hablando así bajito, me has acariciado por dentro. Uff, he sentido un cosquilleo que me ha subido por el estómago hasta el corazón.
- A mí también me gusta cuando me susurras.
- Anne....
- Qué?
- Uff... te quiero.
- Patris me gusta como lo dices, nadie antes me lo había dicho de esa forma.
- Bueno no sé cómo lo digo, pero lo que sé es que lo digo como lo siento.
- Estás acostada?
- Sí, en mi cama, con la luz apagada, con los ojos cerrados imaginándote.
- Igual que yo. Patris, no tienes que madrugar mañana?
- Sí, sí que tengo que madrugar. Por qué lo dices?
- Porque es muy tarde. No tienes sueño?
- La verdad?
- Jajajaj, claro siempre la verdad, como tú dices.
- No, no tengo sueño. Ya sé que es tarde, pero me cuesta dejar de hablar contigo. Me cuesta mucho, ni te lo imaginas. Perdona, tienes razón, es muy tarde y tendrás sueño.
- No, tampoco tengo sueño. Lo decía por ti. Me pasaría las horas hablando contigo.
- Y yo. Quieres que sigamos hablando un ratito más?
- Tú quieres?
- Si por mi fuera, no colgaría nunca.
- Jajajaja, ni yo tampoco. Pero me sabe mal porque llevamos muchas horas hablando y has llamado tú.
- Tranquila, cielo, a mí no me importa.
- Uff!
- Qué te pasa?
- Nada, es que me has dicho cielo y...
- Te ha molestado?
- No digas tonterías, mujer! Por qué me va a molestar, todo lo contrario. Lo dices de una forma que me haces estremecer.
- Sabes....
- Qué?
- No nada, era una tontería...
- Siempre igual, no cambiarás. Cuantas veces te he dicho que no me digas sabes y te calles. Cuando quieras decirme algo dímelo mujer!
- Y si te molesta?
- Para saber si me molesta o no, me lo tendrás que decir. Así que me lo dices y si me molesta ya te lo diré yo, vale?
- Vale.
- Y... qué me ibas a decir?
- Que me encantaría estar a tu lado en estos momentos. No pienses mal, eh! Sólo me conformaría con estar a tu lado....
- Y?
- Y?
- Quiero decir que si sólo te gustaría estar a mi lado y nada más?
- No sé, no sé, no sé. Me refiero a estar contigo, a mirarte a los ojos, a rozar tu mano.
- Y besarme?
- Uff, besarte, seguro, me muero por besarte, pero te lo pediría.
- Jajajaja, ay, que tonta eres! Ya te he dicho que no me lo pidas, que me lo des.
- Te lo pediría, ya lo sabes. Me encantaría que mis labios rozaran los tuyos, sentir su calor y....
- Y?
- Y voy a parar más porque me estoy poniendo enferma!
- Enferma?
- Sí, quiero decir que me están entrando unos calores! Uff, es que me lo imagino y... uff
- Jajajaja.
- Te ríes? He dicho algo gracioso?
- No, no me reía, sonreía. Me encanta como me dices las cosas, y a mí también me están entrando calores, como dices tú, y me gusta sentir esa sensación.
- Creo que lo mejor es que cambiemos de conversación.
- No quieres seguir? No quieres decirme qué harías si estuvieras a mi lado?
- Sí claro que me gustaría, pero no lo voy hacer. Creo que es mejor que cambiemos de conversación. Perdona Anne, pero lo prefiero.
- Como quieras.
- Te has enfadado?
- No por qué me iba a enfadar?
- Porque como te he dicho de cambiar de conversación. Sabes me apetece un montón seguir, pero después estoy segura que me arrepentiría.
- Arrepentirías, por qué?
- Porque... no sé, porque no quiero que pienses que busco eso en ti. No y menos por teléfono. Me haces sentir mucho y no sé, creo que no es la mejor forma.
- Bueno como quieras.
- Sabes....
- Qué?
- Qué me gustaría seguir, pero prefiero no hacerlo. Lo entiendes, cielo?
- Sí que lo entiendo.
- Gracias!
- Por qué me das las gracias?
- Por entenderlo. Bueno creo que es hora de nos despidamos, ya es muy tarde.
- Sí es muy tarde. Oye Patris, pasa algo?
- No cielo, no pasa nada. Te quiero Anne.
- Y yo a ti, Patris.
- Uff, ni te imaginas lo que acabo de sentir, mi cuerpo se ha estremecido todo, cuando me has dicho eso.
- Tu haces que mi cuerpo se estremezca cuando me dices esas cosas.
- Eres un encanto.
- Tú también.
- Buenas noches, hasta mañana. Qué sueñes con cosas bonitas.
- Y tú también.
- Yo soñaré contigo, cielo.
- Buenas noches.
- Buenas noches.

sábado, 12 de julio de 2008

Capítulo 4

Aun le faltaban un par de horas para levantarse. Eran las seis y media de la mañana. Se quedó tumbada en la cama e intentó volver a dormirse. Lo consiguió.
Volvió a sonar la alarma de su móvil, era hora de levantarse. Lo hacía con una sonrisa. El primer pensamiento que le vino a la cabeza fue el viaje de Anne. Por dónde iría, si habría llegado. Dudó un momento sobre si coger el móvil y enviarle un mensaje. Pensó que igual no era una buena idea porque iba en el coche con sus padres.
A media mañana recibió un mensaje. Era de Anne.
“Hola qué tal llevas la mañana. Nosotros ya hemos llegado a Calatayud. Sólo quería que supieras que ha ido bien el viaje”.
No lo dudó un instante y le respondió:
“Cuando he recibido el mensaje estaba pensando en enviarte uno para ver que tal iba todo. Gracias”
Anne leyó el mensaje y le contestó:
“Por qué me das las gracias?”
Patris sonrió al leerlo y le volvió a contestar:
“Porque cuando recibo un mensaje tuyo me haces sonreír. Bueno ya hablamos esta noche, que pases un buen día y diviértete”.
Anne leyó el mensaje y le envió otro diciéndole que no se cansara mucho trabajando y que ya hablarían por la noche.
Eran las once de la noche, Patris no sabía si llamar a Anne o no. Desde por la mañana no había vuelto a saber nada de ella. Bueno era lógico habían quedado que hablarían por la noche, pero no sabía por qué se extrañaba tanto de eso. Cogió el teléfono, buscó en la agenda y llamó a Anne.
- Hola, cómo estás? No sé si llamo en buen momento o no, pero no podía aguantarme más.
- Estoy bien. Y sí, sí que es buen momento. Iba a hacerte una perdida para que me llamaras porque no me queda mucho saldo y hasta mañana no lo puedo recargar.
- Bueno... cuéntame algo, no sé, qué has hecho hoy.
- Pues no mucho la verdad. Esta mañana he estado ayudando a mi madre a limpiar la casa y esta tarde me la he pasado echada en la cama y pensando.
- Pensando, en qué?
- Jajaja, ya te ha salido la vena periodística, eh!
- Perdona, a veces no lo puedo evitar. Pero bueno, si no quieres no me lo digas.
- Jajaja, no te pongas así, mujer! Claro que te lo voy a decir. He estado pensando en lo que está sucediendo. Es una sensación extraña, pero me gusta.
- Una sensación extraña, por qué?
- Porque no puedo controlar la situación, se me va de las manos.
- Cómo que se te va de las manos, no entiendo lo que me quieres decir.
- A ver te explico, pienso muchas veces en ti.
- Y eso es bueno o malo, quiero decir, si piensas cosas buenas o malas de mí?
- Jajajaja, cosas buenas, mujer! Me refiero que no puedo dejar de pensar en ti. Que espero que llegue la hora para poder hablar contigo.
- Sabes....
- Qué?
- Bueno, da igual, olvídalo.
- Vaya ya estamos como siempre. Mujer si tienes que decirme algo, dímelo.
- Es que me da vergüenza.
- Vergüenza por qué?
- Porque igual piensas que soy tonta o algo por el estilo.
- Y por qué voy a pensar eso, mujer!
- No sé.
- Bueno me lo vas a decir o me vas a tener intrigada?
- El qué?
- Jajaja, lo que ibas a decir después del sabes...
- Bueno.... Es que... si es una tontería!
- Pues suéltala y ya está. Y después ya te digo si es una tontería o no.
- Bueno es que te he escrito una poesía.
- Una poesía?
- Sí.
- Es la primera vez que alguien me escribe una poesía.
- Nunca antes te habían escrito una?
- No, nunca.
- Bueno, pues me alegra ser la primera.
- Me la lees?
- Qué te la lea? No sé... pero si no te gusta me lo dices, eh!
- Tranquila, te lo diré. Pero seguro que está bien, porque ya me he enterado que escribes muy bien.
- Quién te ha dicho eso?
- Bueno, tú no pediste informes míos antes de darme tu messeger, pues yo también lo he hecho.
- Vaya, vaya, aquí no hay playa eh!
- Y eso qué significa?
- Nada, es una frase que suelo decir de vez en cuando.
- No te hagas la remolona y léeme la poesía.
A Patris le temblaba el pulso, la voz, estaba muy nerviosa. Iba a leerle la poesía y su corazón iba a mil por hora.
- La he titulado "Pour toi” que significa “Por ti”:
“Quién me iba a decir a mí,
que de ti me enamoraría,
quién me iba a decir,
que esto a mí me ocurriría.
Un martes al llamar
a las puertas del corazón
prendada quedé yo
de tu forma de hablar
de escuchar tu voz.
Cada momento contigo vivido
cada instante pasado
hace que mi corazón
siga alterado.
Soñaba que tú
estabas a mi lado
y te despertaba con besos
tiernos, dulces y sobrados.
Perdona mi arrogancia,
perdona mi osadía
pero algún día tú me dirás
yo también te quería.
Imagino estar a tu lado,
rozar con mis dedos tu cuerpo,
descubrir como te estremeces
cuando de mis labios sale
el más tierno y dulce de los besos.
Vivir la vida amándote,
vivir la vida sintiéndote,
ser la luz de tu vida,
ser la llama de tu corazón
la que brille más que el sol.
Sentimientos tiernos,
sentimientos verdaderos,
sentimientos que expresan
lo mucho que te quiero”.
Patri terminó de leer la poesía y se quedó callada. Estaba temblando y roja, muy roja. Menos mal que nadie la podía ver. Anne se había quedado callada también. Se hizo el silencio y Patri pensó que igual había hecho mal en leerle la poesía. Se arrepentía, bueno no, pero tenía una sensación muy extraña. Patris por fin se decidió a hablar.
- Anne, estás ahí?
- Sí, sí que estoy. Perdona que me haya quedado callada, pero es que estaba escuchándote y me ha subido una cosa por el estómago.
Patris no sabía de qué hablar. De repente Anne le dijo:
- Patris, te importaría volvérmela a leer?
- A leértela otra vez por qué?
- Porque me ha gustado mucho y me gustaría volver a escucharla.
- No sé, no sé. Es que estoy nerviosa. Me tiembla la voz, no sé si te has dado cuenta.
- Sí que me he dado cuenta, y me ha encantado. Me ha encantado la poesía, tu forma de leérmela y el sentimiento que ponías cuando me la estabas leyendo.
- Uff, bueno no sé si eso que me dices será cierto o no, pero lo que sí te puedo decir es que la he escrito con el corazón y he intentado reflejar en ella lo que me haces sentir.
- Me la vuelves a leer por favor?
- No sé, no sé. Bueno si me lo pides así, no me puedo resistir.
Se la volvió a leer. Anne tenía los ojos cerrados mientras escuchaba la voz nerviosa de Patris. Le encantaba su timidez pero más que nada la forma con la que era capaz de describir lo que sentía. Algo que ella nunca lograría.
- Sabes, Patris tienes una facilidad para decir las cosas, de escribir...
- No digas tonterías, como todo el mundo.
- No, yo sería incapaz de hacerlo como tú lo haces.
- Seguro que sí que lo podrías hacer, solo es cuestión de proponérselo. Si lo intentas seguro que te sale.
- Patris no sé si te lo he dicho, pero me ha encantado la poesía.
- Gracias.
- Por qué me das las gracias?
- Porque te ha gustado. Para mí significa mucho el hecho de que te haya gustado.
- Pero cómo no me va a gustar, si es preciosa.
- Bueno, tampoco es para tanto. Lo único que es, es una poesía, pero eso sí, escrita con el corazón.
- Me ha encantado la verdad, muchas gracias.
- Y por qué me das las gracias?
- Bueno, es normal que te las dé, eres la primera persona que me escribe una poesía y además muy bonita.
- Sabes...
- Qué?
- Nada, da igual.
- Jajaja, ya estamos como siempre. Venga dímelo.
- Es que me da corte.
- El qué?
- Qué va ser, decírtelo.
- Venga no te hagas de rogar. Suéltalo y ya está.
- Anne no sé qué me está pasando la verdad. Despiertas en mí unos sentimientos que antes no había sentido por nadie. Son difíciles de explicar, no sé si me entiendes.
- Entender sí que entiendo, jajajaja. Y mucho!
- Jajaja, eso ya lo sé, jajaja. Yo también. Pero no me refería a eso.
- Ya lo sé, mujer! Me lo explicas.
- Uff, no sé... sabes... es que...
- No le des más vueltas y dímelo.
- Pues que no sé si te habrás dado cuenta, o si has entendido o no la poesía. Uff. Qué difícil!
- Si vas muy bien mujer!
- Bueno lo que te quiero decir es que creo que me gustas, que no puedo dejar de pensar en ti. Que cada vez que me envías un mensaje sonrío, que cada vez que hablo contigo me acaricias por dentro. Bueno, que no sé cómo explicártelo, que me cuesta mucho. Que estoy colorada y me estoy poniendo muy nerviosa.
- Puedo decirte algo?
- Sí.
- A mí también me pasa lo mismo.
- Sabes....
- Qué?
- Da igual, olvídalo.
- No, venga, dime lo que tengas que decirme.
- Creo que me estoy enamorando de ti.
- Uff, ahora la que resopla soy yo. Te he escuchado decir eso y me he estremecido.
- Anne, sé que es pronto, pero no lo puedo evitar, me nace decírtelo. Te lo diré una vez, y sino quieres volver a escucharlo, sólo tienes que decírmelo. Te quiero.
Anne se quedó en silencio. Patris estaba como un tomate. Pensaba por qué le había dicho eso. Se arrepentía? La verdad es que no era así, era lo que quería decir y lo había dicho.
- Patris...
- Perdona, Anne, lo siento. Bueno ya hablaremos otro día, vale?
- Patris, no seas tonta. Por qué dices eso? Sólo quería decirte que creo que yo también estoy sintiendo algo muy fuerte por ti. Creo que también te quiero. Es la primera vez que me pasa una cosa así y no sé estoy alucinada.
- Anne...
- Dime.
- Te ha molestado, te ha asombrado?
- La verdad?
- Sí, siempre la verdad.
- Me ha encantado.
- Sabes...
- Qué?
- Si estuviera ahí te pediría un beso.
- Qué me pedirías un beso?
- Sí, porque es que me gustaría besarte si estuviera ahí contigo, y antes de hacerlo te pediría permiso.
- Permiso? Para besar no hay que pedir permiso.
- Sí, yo siempre lo hago. Prefiero que me digan que no a que me den una bofetada. Me dolería más una bofetada que un no. No por el hecho en sí del dolor físico, si no por lo que significaría que me rechazaras.
- Patris...
- Qué
- Eres tonta.
- Tonta, por qué dices eso?
- Porque lo eres. Si alguna vez te apetece besarme, hazlo. Si no lo haces y me pides permiso, aunque me muera de ganas por darte el beso no te lo daré.
- Te puedo decir algo?
- Sí.
- Sabes yo tengo miedo a subir en ascensor porque le tengo fobia a los ascensores. Pero si pudiera besarte, si pudiera darte un beso sería capaz de subir en ascensor.
- Bueno, pues ya sabes, algún día subirás en ascensor.
- Anne....
- Qué?
- Le he estado dando vueltas a la cabeza y me gustaría conocerte. En julio tengo vacaciones y si quieres, nos podríamos conocer. Puedo ir a Zaragoza a conocerte.
- En verano no estoy en Zaragoza.
- Vaya, estás en Calatayud?
- No, en Castellón.
- En Castellón?
- Sí, en julio me voy a Castellón. Tenemos un apartamento y veraneamos allí. En agosto mis padres se van a Zaragoza y vienen mis amigas. Solemos ir a Benicàssim, al FIBE.
- Entonces, te parecía bien que fuera un domingo a conocerte?
- Me encantaría. Además creo que lo estoy deseando tanto como tú.
- Gracias!
- Por qué me das las gracias?
- Por dejar que vaya a conocerte.
- Cómo no voy a dejar que vengas a conocerme si es lo que quiero también.
- Y cuando podríamos vernos?
- El 23 de julio te parece bien?
- Si es domingo sí. Uff, voy a empezar la cuenta atrás. Faltan quince días, no me lo puedo creer.
- Jajajaja.
- De qué te ries? He dicho algo gracioso?
- No, no has dicho nada gracioso, pero me gusta cuando suspiras. Habían pasado tres horas hablando por teléfono y llegó el momento de la despedida. Como siempre, a las dos les costaba colgar, pero al final lo hicieron después de contar hasta tres.

Un paréntesis, me iré pero no tranquila

No sé, hoy ha sido una tarde-noche de contradicciones. Primero "mi amor" me ha dicho que a su abuela la han operado y que mañana -bueno hoy- se va a Madrid. La han operado de cáncer de colon. Me hubiera gustado abrazarla pero... Bueno me ha explicado que la operación ha ido bien, pero que aun así no está tranquila. Es normal. Me han dado ganas de decirle que si quiere, anulo el viaje a Roma. Pero sé que si se lo hubiera dicho me hubiera llamado loca. Bueno loca estoy, por ella. Y no me gusta verla triste, porque si ella está triste, yo también lo estoy.
Habíamos quedado y bueno, hemos picoteado algo -me refiero a ir de tapeo, para cenar algo-. Después a ver los monólogos del Club de la Comedia, son fiestas en mi ciudad. Durante esa hora y pico, ella ha vuelto a sonreír. Cuando se han terminado los monólogos hemos ido a tomar algo. Ha llegado un amiga suya. Y no sé, he sentido un pinchazo en el corazón. Algo que no había sentido nunca. No sé, pero de repente mi sonrisa se ha borrado de un plumazo. Y seguía sintiendo el pinchazo en el corazón.
Hemos ido después a un pub, yo me he quedado abajo, donde ponen la música pachanguera -el pub tiene tres plantas, la última, la más alta, es una terracita que da al puerto, en la que se está de lujo-. Pero yo no quería quedarme en ella. Porque el pinchazo seguía en mi corazón. Así que me he bajado. Ella ha bajado con su amiga. Me he quedado un rato hablando con unos amigos, saludando a la gente que conozco. Cuando iban a volver a subir, se ha parado a hablar conmigo. Sé que sabe que en el fondo, yo no estaba "cómoda". Pero supongo que como ella no lo estuvo hace dos viernes, cuando yo tonteaba con otras. O cuando me ve hablar con mi fisio.
En fin, que creo que por primera vez he sentido celos. Joer, yo que pensaba que no sabía qué era eso.
Cuando nos hemos despedido, nos hemos dado dos besos. Le he dicho que la llamaré para ver cómo evoluciona su abuela. Me ha mirado a los ojos. Y le he devuelto la mirada. He sentido el impulso de abrazarla, pero me lo he tragado.
Ahora lo que me preocupa es que esté en Roma y que a su abuela le pase algo. Y no poder estar a su lado. Nó sé.... no me iré tranquila. Sólo espero que todo vaya bien.

Capítulo 3

Patris tuvo un día ajetreado. En algunos momentos le venía a la mente Anne. No lo podía evitar. Sin querer y sin saber miraba el móvil y sentía impulsos de llamar. Pero no lo hizo. Llegó la hora de volver a casa. Lo primero que hizo fue dejar las llaves sobre la mesa y dirigirse a la habitación pequeña para encender el ordenador. Mientras se ponía en marcha, se fue a su habitación y se puso cómoda. Después se dirigió a la nevera, picó algo, se fue a la habitación y se sentó delante del ordenador. Estaba nerviosa. No sabía si Anne se iba a conectar o no. Pensó que seguramente no lo haría, porque a la mañana siguiente se marchaba de viaje.
Una sonrisa se reflejó en su rostro al comprobar que en el messenger estaba Anne. Se había conectado. Sin dudarlo un instante le hizo un mensaje instantáneo y la saludó.
- Hola Anne, cómo estás? -le dijo-.
- Hola Patris, estoy bien y tú?
- Bien gracias. Pensaba que no te ibas a conectar como mañana te vas a Calatayud.
- Ya... iba a mandarte un sms para decírtelo, porque quería volver a hablar contigo. Vas a entrar en el chat?
- Sí, claro sino las chicas me echarán de menos! Y tú lo vas hacer?
- No, no voy a entrar porque si lo hago me liaré y sólo quiero estar un ratito.
- Bueno si quieres y no te molesta me quedo un ratito hablando contigo y después entro en el chat.
- No digas tonterías mujer! Qué me va a molestar. Además me lo paso bien hablando contigo. Eres ingeniosa y aunque no te lo creas me río.
- Sabes...
- Qué?
- No, nada, era un tontería.
- Jo, venga dime, qué ibas a decirme?
- Mmm, iba a decirte....
- Qué? –le dijo Anne intrigada-.
- Pues... es que no sé cómo decirlo. Me cuesta.
- Suéltalo y ya está mujer!
- Pues... que he pensado varias veces en ti hoy.
- Has pensado en mí?
- Sí... me imagino que te sorprenderá.
- No, no me sorprende porque a mí me ha ocurrido igual. No lograba concentrarme en las clases.
Se mordió la lengua. Le iba a decir que seguramente el que no pudiera concentrarse en las clases no era porque estuviera pensando en ella, sino porque tal y como le había dicho la noche anterior, no le gustaba mucho estudiar. Más bien le gustaba la vida del estudiante. Pero se calló y no lo dijo.
Empezaron hablar y sin darse cuenta ya habían pasado un par de horas.
- Patris tengo que desconectar. Mi madre me dice que ya está bien de estar pegada a la pantalla del ordenador. Que mañana tengo que madrugar y que es hora de que me vaya a la cama.
- Vaya las madres como siempre tan oportunas!
- Jajaja -se rió Anne-. Sí tan oportunas pero tiene razón. Tengo que acostarme.
Quería decirle si le podía llamar para hablar por teléfono, pero no se atrevía. Además no quería ser pesada y seguramente ella no querría. Así que no se lo dijo.
- Bueno Anne, buenas noches, que sueñes con cosas bonitas y que te lo pases muy bien en Calatayud.
- Gracias.
- Buenas noches
- Patris...
- Qué?
- Te molesta si te llamo dentro de un cuarto de hora y hablamos un ratito por teléfono?
- No, no, qué me va a molestar! Sabes.....
- Qué?
- Te lo iba a decir yo, pero he pensado que igual a ti no te parecía bien y por eso no te lo he dicho. Además tampoco quiero que pienses que soy una pesada ni nada por el estilo.
- Qué tonta eres! Si quieres decirme algo sólo tienes que decírmelo y ya está. No es tan difícil mujer!
- Ya pero...
- Bueno dentro de un cuarto de hora te llamo. Mi madre ya empieza a gritar. Y no quiero que los vecinos llamen a la policía, jajajaja.
- Jajajaja. Vale, hasta lueguito.
Anne apagó el ordenador. Patris lo dejó encendido porque después quería entrar en el chat y estar un ratito con sus amigas. El cuarto de hora se hizo eterno. Patris no paraba de mirar el móvil cada dos minutos. Pasaron los quince minutos y el teléfono no sonó. Empezó a ponerse nerviosa. Pensaba que tal vez al final se lo había pensado mejor y que no la iba a llamar. Así que decidió volver al ordenador. Anne no estaba en el messenger, estaba desconectada. Así que entró en el chat y como siempre tras comprobar quien estaba en él, saludó a todo el mundo. Al cabo de media hora sonó su móvil. Corrió hacía él tan deprisa que casi se cae al tropezar con la pata de la silla. Miró quien era y era ella. Era la segunda vez que se le volvía a iluminar el rostro y la sonrisa aparecía de nuevo en él. Lo descolgó.
- Hola -dijo-.
- Hola, perdona que haya tardado tanto pero mi madre me estaba dando la vara. Además me ha dicho que tenía que prepararme las cosas para el viaje y que lo hiciera antes de acostarme.
- Sabes....
- Qué?
- Pensaba que no me ibas a llamar...
- No digas tonterías, si no quisiera hablar contigo no te lo hubiera dicho. Pero es que ya sabes cómo son las madres!!!
- Sí, lo sé. Sabes...
- Qué?
- Me gusta volver a escuchar tu voz.
- Y a mí también.
- Sabes... no sé qué está pasando, pero...
- Pero qué?
- No, nada.
- Ya estamos! Mujer cuando quieras decirme algo me lo dices y ya está.
- Lo sé, pero me cuesta a veces y la verdad es que no sé por qué.
- Bueno dime, qué querías decirme?
- Pues... que si quieres y no te parece mal, si te puedo llamar estos días que no te vas a conectar. Para saber cómo te lo estás pasando.
- Sí claro, claro. Me gustaría que me llamaras.
- Sabes...
- Jajaja, otra vez lo has vuelto hacer. Dices sabes y te quedas callada.
- Ya, es que a veces me cuesta decirte lo que pienso o lo que quiero decirte.
- Bueno y qué querías decirme?
- Que no sé que me está pasando, pero no puedo dejar de pensar en ti.
- Yo tampoco sé qué esta pasando pero a mí me pasa lo mismo. Sabes...
- Jajaja, ahora eres tú la que te has quedado callada -le dijo Patris-. Imagino que me vas a decir que nos tenemos que despedir que es tarde.
- No, no era eso. Quería decirte que me gusta mucho hablar contigo.
- A mí también.
Siguieron hablando cinco minutos más y después Anne le dijo:
- Bueno tengo que colgar ya es tarde.
- Sí ya es tarde. Buena noches, que tengas dulces sueños y ya te llamaré mañana.
- Buenas noches. Vale llama cuando quieras.
- No te importa verdad?
- No seas tonta, qué me va importar?
- Buenas noches.
Colgaron. Patris se fue a la habitación pequeña. Se despidió de las chicas del chat y salió. Apagó el ordenador. Se acostó. Cogió el móvil y escribió un mensaje.
“No me he atrevido a decírtelo pero me encantas. Perdona si te molesta que te lo diga. Pero es lo que siento”.
Le dio a la tecla de enviar y cerró los ojos. Pensó que no debería haberle enviado ese mensaje. Qué iba a pensar? Al cabo de un minuto recibió la contestación.
“A mí también. Me gusta como eres y sobre todo tu timidez”.
No lo pudo evitar y volvió a coger el móvil. Estaba escribiendo otro mensaje, pero lo borró. Sin poder evitarlo buscó en la agenda el número de Anne y la llamó.
- Hola, perdona que vuelva a llamarte. Te molesta?
- No mujer! Tranquila.
- Sólo quería darte las gracias.
- Darme las gracias por qué?
- Por nada, por nada. Buenas noches, que tengas dulces sueños.
- Buenas noches y hasta mañana.
Patris colgó y puso la alarma del móvil. Dejó el teléfono en la mesilla de noche y cerró los ojos. Estaba contenta. Se durmió enseguida.
Sonó el móvil. Pensaba que era la alarma. Lo cogió. No, no era la alarma. Había recibido un mensaje. Lo abrió y era de Anne.
“Buenos días. Sé que es temprano y que estarás durmiendo. Sólo quería decirte que salgo ahora para Calatayud”.
Se frotó los ojos para asegurarse que estaba despierta y que no era un sueño. Volvió a leerlo. Después le contestó.
“Buenos días. Sí estaba dormida pero me ha encantado que me despertara tu mensaje en vez de la alarma del móvil. Que tengas un buen viaje”.

viernes, 11 de julio de 2008

Capítulo 2

Quedaron en apagar los ordenadores y en diez minutos, Anne la llamaría. Patris apagó su ordenador y se fue a la habitación. Estaba nerviosa. Era la primera vez que le pasaba, que le pedían su número de teléfono a las primeras de cambio y lo daba. Pero ella también estaba intrigada por escuchar la voz de Anne. A los diez minutos se produjo la llamada. Patris oyó un hola al otro lado del teléfono y le respondió con otro hola. La verdad es que no sabía qué decir. Estaba cortada. No se le ocurría nada. A ella, que era una persona tan ocurrente.
- Tenías razón, eres muy tímida. Te puedo decir algo?
- Sí -respondió escuetamente-.
- La verdad, es que nunca había hecho esto. Es la primera vez que le pido a una persona su número de teléfono el mismo día de haberla conocido en el chat. Normalmente no lo suelo hacer, me cuesta darlo, pero no sé, he sentido un impulso.
- Yo tampoco lo había hecho nunca. La verdad es que también tenía ganas de pedírtelo y creo que si no lo hubieras hecho tú, tal vez mañana si hubieras entrado lo hubiera hecho yo.
- De verdad eres periodista?
- Sí, lo soy. Te diré una cosa, no me gusta mentir. Así que siempre digo la verdad y cuando no quiero responder una pregunta, no la contesto y ya está. Prefiero no contestarla a decir una mentira.
Y sin darse cuenta estuvieron hablando durante cinco minutos. El tiempo justo en el que se le terminó el saldo del móvil a Anne. Patris no lo pudo evitar y la llamó.
- Perdona, se ha cortado o me has colgado?
- Se ha cortado, se me ha terminado el saldo. Lo siento.
- Eso he pensado, porque no creía que me colgaras sin despedirte.
- Sabes, me ha dado mucha rabia que se me haya acabado el saldo. No sabía si ibas a llamar, la verdad, pero tenía la esperanza. Además, no me gusta marcharme sin despedirme.
- Bueno, pues encantada de hablar contigo. No lo digo por cumplir, eh! La verdad es que me ha gustado hacerlo.
- A mí también.
- Anne, te puedo decir una cosa?
- Sí, claro. Qué?
- Eres una chica muy guapa. Y no lo digo por cumplir, eh! Si no lo creyera no te lo hubiera dicho y me hubiera callado.
- Tú también lo eres.
- Jajaja, que vaaaaa! Hace mucho que no vas al oculista? Creo que necesitas una revisión!
- Jajajaja, no, la vista la tengo muy bien y no necesito regulármela.
- Sabes....
- Qué?
- La verdad.... es que no me apetece dejar de hablar contigo. No sé por qué pero me gustaría seguir un ratito más, si no te importa.
- Yo tampoco quiero dejar de hablar... estoy muy a gusto hablando contigo, pero es muy tarde.
- Sí, es verdad. Uff y mañana tengo que madrugar.
- Bueno entonces deberíamos empezar a despedirnos.
- Buenas noches, Anne. Que sueñes con cosas bonitas y hasta mañana.
- Buenas noches, Patris, que también sueñes con cosas bonitas.
- Sabes.....
- Qué?
- La verdad, no sé si podré dormir esta noche. Hasta mañana.
- Hasta mañana.
La despedida duró cinco minutos más. Ninguna de las dos se decía a colgar el teléfono definitivamente. Patris estaba desconcentrada, no sabía qué había pasado y por qué tenía esa sensación. Y sobretodo no sabía por qué no se podía quitar de la cabeza a Anne. Al final, después de dar vueltas en la cama durante más de media hora consiguió conciliar el sueño.
La alarma del móvil le sonó. Era la hora de levantarse y no podía. Tenía mucho sueño. Era lógico después de estar hasta las cuatro de la mañana hablando con Anne. Entonces sintió una necesidad. Cogió el móvil y le envió un sms, dándole los buenos días. No sabía por qué lo hacía, pero no lo podía evitar. Después de darle a la tecla de enviar, deseó no haberlo hecho. O eso pensó al menos, pero era lo que realmente deseaba.
“Buenos días, espero que hayas dormido bien y que pases un buen día”.
Anne recibió el sms y sonrió. A ella también le había costado dormirse. Se levantó y tras arreglarse para ir a clase, salió de casa. Lo primero que hizo al pasar por un video club fue recargar el móvil. Una vez recargado decidió enviarle un sms a Patris.
“Buenos días. Me ha costado dormir pero al final lo he conseguido. También te deseo que tengas un buen día”.
Patris no lo pudo evitar y cogió el móvil, buscó el número de Anne en la agenda y la llamó.
- Hola, buenos días! Perdona, pero no lo he podido evitar. Necesitaba volver a escuchar tu voz. Te parecerá una tontería...
- No... no me parece una tontería. A mí también me pasa igual. He recargado el móvil para poder contestar tu sms y para llamarte esta noche.
- Bueno..., te tengo que dejar, tengo que entrar a trabajar.
- Y yo tengo que entrar en clase y llego tarde también.
- Anne... te vas a conectar esta noche?
- No lo sé. Si lo hago te mando un sms y te lo digo.
- Vale. Si no entras y no nos vemos, que te lo pases bien en Calatayud.

martes, 8 de julio de 2008

Mi libro a medias

Como no sé si al final lo publicaré o no, he decidido ponerlo en mi blog por capítulos. Así me diréis si merece la pena que lo termine o no. "Ese beso que pretendía darte y no te dí" así es como lo he titulado una de las dos novelas que estoy escribiendo. El primer capítulo lo he puesto hoy. Los próximos días iré poniendo más.